
En el marco de la conmemoración del 50° aniversario de la reinstauración monárquica en España, el rey Felipe VI pronunció un discurso en el Palacio Real en favor del ánimo de reconciliación que debe imperar en la coyuntura actual, la cual describió como un momento de ”desacuerdo y crispación".
Asimismo, expresó que pese a que la transición de la dictadura a la democracia en España no fue perfecta, puede ser tomada como ejemplo de un forma de actuar y llevar las riendas del país en pro de la estabilidad y la creación de un marco común.
“La palabra frente al grito, el respeto frente al desprecio, la búsqueda del acuerdo frente a la imposición”, subrayó el regente, haciendo alusión al periodo que dio inicio luego del fallecimiento del dictador Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975.
Con respecto a la atmósfera política por la que atraviesa en este momento su país, Felipe VI aseveró que en este contexto en el que prima la separación, “mirar hacia ese periodo puede servirnos, no para idealizarlo, sino para recordar su método”, porque la democracia no es solo sus formas y procedimientos, sino la búsqueda leal y conjunta de aquello que sirva mejor al bien común".
Para el monarca, la impronta más significativa que dejó aquella generación recae en la Constitución de 1978, que sirvió para poder consagrar una monarquía parlamentaria y erigir un sistema democrático que fuera plural y sólido; en palabras de Felipe VI, “un gran pacto en el que ningún grupo logró imponer su visión completa, porque todos ellos comprendieron que la convivencia exigía ceder algo para ganar un futuro común”.
En la misma vena, el rey de España evocó la manera en que, tras la muerte de Franco, la “firme voluntad” de la Corona implicó un esfuerzo determinante para que esa nación se aperturara hacia la democracia, haciendo mención del discurso que pronunció su padre, el rey Juan Carlos I, el día de su proclamación.
En el evento, Felipe VI le otorgó el toisón de Oro, máxima condecoración de la corona española, a su madre, la reina emérita Sofía, al expresidente del Gobierno Felipe González, primer mandatario luego de la reinstauración de la democracia, y a los “padres de la Constitución” de 1978 que aún siguen con vida: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca.
Al término del acto, la familia real se trasladó al Congreso para acudir a un coloquio con relación a los 50 años de la restauración de la monarquía en España.