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Aunque en una guerra convencional, Estados Unidos arrasaría con las fuerzas armadas venezolanas, está el fantasma de la Guerra de Vietnam.

Vientos de guerra en Sudamérica: ¿qué tan fuerte es el ejército de Venezuela y qué tanto el de EE.UU?

Vientos de guerra El Ejército de Estados Unidos vencería fácilmente al de Venezuela en una guerra convencional. (Creative Commons)

Por primera vez, en lo que va del siglo, se cierne la amenaza de una nueva guerra en el continente americano.

Estados Unidos, la mayor potencia militar y económica del mundo, ha amagado con intervenir en Venezuela, nación a la cual acusó de estar sometida a un narcorégimen.

El mandatario venezolano Nicolás Maduro, ha señalado Donald Trump, es cómplice de las muertes de estadounidenses por el tráfico de drogas, además de que su país le robó petróleo a la Unión Americana al nacionalizarlo.

Mientras la pinza militar se cierra sobre Venezuela, cuyas aguas están rodeadas por la Armada de Estados Unidos, surge la pregunta: ¿qué tan poderosos son los ejércitos de ambas naciones?

Vientos de guerra Trump declarará la guerra a venezuela esta noche, según Tucker Carlson. (EFE y Creative Commons)

¿Qué tan poderosos son los ejércitos de Venezuela y Estados Unidos?

La diferencia entre los ejércitos de Venezuela y Estados Unidos es abismal. En una guerra convencional, los norteamericanos tendrían escasa resistencia al momento de invadir a la nación sudamericana.

De acuerdo con estimaciones del International Institute for Strategic Studies (IISS) y del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ambas fuerzas armadas operan en escalas completamente distintas, tanto en tamaño como en tecnología y capacidad de proyección.

Estados Unidos cuenta con alrededor de 1.39 millones de militares en servicio activo y más de 800 mil reservistas, lo que lo convierte en el ejército más grande y profesionalizado del mundo.

En contraste, Venezuela dispone de entre 120 mil y 150 mil efectivos activos, según el CIA World Factbook y el IISS, a los que se suman milicias civiles con entrenamiento limitado y capacidades irregulares.

En tierra

En el ámbito terrestre, el Ejército estadounidense posee miles de tanques modernos, vehículos blindados y sistemas de artillería de última generación, además de una logística capaz de sostener operaciones prolongadas en cualquier parte del mundo.

Venezuela, aunque mantiene una de las fuerzas terrestres más grandes de Sudamérica, depende en gran medida de equipos adquiridos de Rusia y China, muchos de ellos con problemas de mantenimiento debido a sanciones y limitaciones presupuestales.

En aire

La superioridad aérea de Estados Unidos es aún más marcada. La Fuerza Aérea estadounidense y sus ramas asociadas operan más de 13 mil aeronaves militares, incluidos cazas furtivos F-22 y F-35, bombarderos estratégicos y sistemas avanzados de vigilancia y guerra electrónica.

Venezuela cuenta con poco más de 200 aeronaves, entre ellas cazas Sukhoi Su-30 y F-16 de generaciones anteriores, con disponibilidad operativa reducida, según Military Balance del IISS.

En mar

En el mar, la diferencia es decisiva. La Marina de Estados Unidos dispone de 11 portaaviones nucleares, decenas de destructores y submarinos nucleares, lo que le permite proyectar poder militar en todos los océanos.

La Armada venezolana, en cambio, opera principalmente patrulleras, corbetas y algunos submarinos convencionales, sin capacidad de despliegue oceánico sostenido ni influencia global.

Y en dinero...

El factor económico refuerza esta asimetría. Estados Unidos destina cerca de un billón de dólares anuales a defensa, de acuerdo con el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), mientras que el gasto militar de Venezuela se mantiene por debajo de los mil millones de dólares, afectado por la crisis económica y la caída de los ingresos petroleros.

Nicolás Maduro (EFE)

¿Estados Unidos podría sufrir otro Vietnam en Venezuela?

Aunque en una guerra convencional, Estados Unidos arrasaría con las fuerzas armadas venezolanas, está el fantasma de la Guerra de Vietnam, donde los milicianos del sudeste asiático lograron expulsar a los invasores occidentales.

El mayor riesgo que los militares de la Unión Americana podrían enfrentar en Sudamérica es una prolongada guerra de guerrillas, con un alto costo humano, económico y social, que derivaría en un repudio generalizado a la intervención armada por parte de la sociedad estadounidense.

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