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El organismo deberá coordinar la construcción de 500 mil viviendas, del millón anunciado por el gobierno federal; más 100 mil rentas para jóvenes. No habrá excusas, dice a Crónica subdirectora de evaluación

“Visión social, no negocio”, petición de la Conavi a inmobiliarias

La construcción de un millón de viviendas en el país sólo será posible “sí se deja de ver al sector como un negocio o como un botín de las inmobiliarias”, aseguró en entrevista con este diario Quetzalli Hernández González, subdirectora de evaluación de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

Este órgano sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) será el encargado de coordinar la construcción de 500 mil viviendas, la mitad de las anunciadas por el gobierno federal para el presente sexenio. El objetivo es abatir el rezago habitacional en el país, acentuado durante la administración lopezobradorista.

La Comisión, además, deberá encargarse de otro programa vital: el de 100 mil viviendas en renta para jóvenes, a precios accesibles.

“Hablamos de 600 mil viviendas que serán responsabilidad nuestra, más los proyectos de mejoramiento que tenemos en puerta y los cuales no podemos olvidar”, enfatiza Hernández, entrevistada en un seminario sobre el tema, organizado por el Colegio Nacional del Notariado Mexicano.

“Ha sido un boom el que la presidenta haya anunciado un millón de viviendas, suena impactante, irrealizable para muchos; se preguntan: ¿de verdad lo lograrán? Claro que sí, pero hay que dejar de ver a la vivienda como negocio o botín de las inmobiliarias. Lo que necesitamos es una mirada social para hacerla asequible, de bajo costo, segura, habitable y sustentable. Apostamos por lo social, no por lo mercantil”.

-Pero la relación del gobierno con el sector inmobiliario no puede eludirse…

-Tiene que haber relación, y buena, porque las empresas constructoras serán las que ejecutarán estas obras. Sin embargo, lo que se pretende es que las propias empresas tengan esa mirada social, que aporten su granito de arena en la cristalización de este gran proyecto de nación.

-Todas las empresas buscan hacer crecer su inversión, al menor tener finanzas sanas…

-No estamos diciendo que serán hermanas de la caridad, por supuesto que tendrán que tener su ganancia, a eso se dedican y es su sector, pero sin perder de pista la parte social. Todo en la justa medida.

-¿Cómo seducir entonces a los empresarios inmobiliarios para sumarse al plan?

-Confío en que habrá un cambio de chip y que ellos están conscientes de la necesidad de un buen programa de vivienda, deben saber que es un bien para la sociedad y ellos forman parte de ella. Si la sociedad no está bien, si no se encuentra estable y ellos no contribuyen a esta economía solidaria, pues se verán afectados directa o indirectamente. La generación de empleos en el ramo constructor permea la economía de todo el sector. La seducción es esa.

-¿Cómo se elegirá a los consorcios participantes?

-Ya están abiertas las convocatorias, lo estarán durante lo que resta del año y seguramente continuará el año próximo. Todas las constructoras que quieran participar en este proyecto social pueden ingresar a la página de la Conavi y hacer su registro de manera directa, sin intermediarios.

-¿Sólo empresas?

-No, también asesores técnicos: ingenieras, ingenieros, arquitectas, arquitectos. Las convocatorias son abiertas, transparentes y públicas, para que todo el que quiera sumarse, lo haga.

-¿Qué tal el interés hasta ahora?

-Ha habido un incremento en los registros durante estos dos meses de apertura. Sí llama la atención el reto de construir un millón de viviendas en menos de seis años, es un imán para los empresarios.

-¿Cómo se cuidará el historial de las constructoras?

-Hay muchos filtros: financieros, técnicos y jurídicos, no basta con interés, se requieren credenciales no sólo financieras sino éticas. Cualquier empresa que tenga antecedentes turbios o que haya realizado proyectos irregulares, deficientes o fuera de la ley, simplemente no formará parte del padrón.

-Siempre ha pasado que la vivienda para la población más pobre se hace con materiales de baja calidad y, al final, los vicios ocultos son innumerables…

-Los filtros son amplios y estrictos, para evitar cualquier anomalía o mal uso del programa o aprovecharse de alguna manera. No se repetirá esa historia de una vivienda social de nula calidad para los más necesitados.

-¿Cuál es la meta para 2025?

-Son 120 mil en conjunto. Y a partir de ahí se irá subiendo la meta cada año.

-¿En conjunto?

-Sí, con el Infonavit, que al final de cuentas tendrá que hacer su propio medio millón.

-¿Y el Fovissste?

-Ellos traen sus metas aparte. No se cuentan dentro del millón.

-¿Qué hay de las 100 mil viviendas en renta para jóvenes?

-Son adicionales al millón planteadas en el sexenio, adicionales a las 500 mil que deberemos cumplir en la Comisión. Es un programa de arrendamiento a gran escala, pero también lo vemos lograble, ya con las experiencias previas y la aplicación de programas anteriores de vivienda.

-¿Por qué exclusivamente jóvenes?

-Lo que se quiere es que este sector de la población tenga acceso a la vivienda; en el esquema del Infonavit, por ejemplo, los jóvenes no tienen puntos, o son insuficientes para participar como beneficiarios de un crédito de vivienda. Lo que Conavi busca es que la población joven no derechohabiente pueda acceder a una vivienda.

-La vivienda que necesita un joven no es la misma que la de una familia…

-Los jóvenes están transitando por un momento de la vida en el que a lo mejor necesitan vivienda para una estancia corta, en lo que van definiendo sus metas personales, académicas o laborales. Este programa busca eso.

-Me refería a lo arquitectónico…

-Sí, desde el punto de vista financiero y arquitectónico la vivienda que se está diseñando para este programa tendrá características muy particulares, no es lo mismo que se diseñe para una familia con hijos, o con los abuelitos y el perro, que para un joven que estudia y trabaja, o para una pareja de jóvenes. Las necesidades que cada familia, según su conformación, son diferentes.

-¿No habrá entonces excusas, decir al final: ´nos quedamos cerca, pero no dan los números´?

-No, lo vamos a lograr, por eso apelamos a la sensibilidad de las empresas constructores: visión social, no negocio…

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