El nuevo coctel mortal que ya ofrece en las calles de México, Estados Unidos y otros países el Cártel de Sinaloa combina la esencia del fentanilo con una variedad amplia de aditivos, entre ellos sedantes para animales y otros anestésicos peligrosos, sustancias de las que ha echado mano ante la falta de la materia prima original procedente de China y que ha empezado a escasear debido a las restricciones impuestas por el gobierno del gigante asiático, destaca una investigación del periódico estadunidense The New Yor Times, en la que se subraya que para probar la calidad de su nueva droga inyectan sus mezclas experimentales a personas, en conejos y pollos.
La información publicada este jueves en el rotativo neoyorquino y firmada por Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, señala que las acciones internacionales para frenar el tráfico del fentanilo están lejos para alcanzar sus metas marcadas a corto plazo, toda vez que a pesar de que se mantienen medidas de restricción y control en la exportación e importación de las materias primarias para la elaboración de distintos tipos de drogas, grupos del crimen organizado han improvisado en la combinación de varias sustancias para seguir cumpliendo con entregas de opioides sintéticos, sin importar que una sola dosis pueda cobrar la vida de algunas personas.
Cocineros del Cártel de Sinaloa, encargados de la elaboración de las drogas en zonas remotas o en casas de seguridad y que fueron entrevistados bajo condición del anonimato, revelan que se vieron en la obligación de improvisar en la fabricación de drogas debido a que la fuente original, China, restringió las exportaciones de las materias primas necesarias, lo que derivó en que idearan nuevos métodos, mucho más arriesgados y letales para mantener la producción y la potencia del fentanilo.
Los integrantes del Cártel entrevistado subrayan que la experimentación de este nuevo coctel de fentanilo consiste en combinar la droga con una amplia variedad de aditivos, sedantes para animales y otros anestésicos peligrosos.
Asimismo, los conocidos como cocineros del narco, indican que para probar si la nueva droga es efectiva o no antes de enviarla para su distribución y venta, aseguran que inyectan sus mezclas experimentales en personas, la mayoría migrantes, que aceptan someterse a esta prueba a cambio de 600 pesos, aunque también llevan a cabo estas pruebas en conejos y pollos.
De acuerdo con estos miembros del Cártel, la medición en la efectividad de su droga está sujeta a las reacciones de las personas o animales que recibieron las sustancia.
En el caso de los conejos, si éstos sobreviven más de 90 segundos, esto quiere decir que la droga se considera demasiado débil para ser vendida a los consumidores en Estados Unidos, según los señalamientos de seis cocineros y de dos funcionarios de la embajada de Estados Unidos en México que siguen de cerca las operaciones de los distintos grupos criminales en el país.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que, cuando las fuerzas del orden mexicanas han realizado redadas en laboratorios de fentanilo, en ocasiones han encontrado las instalaciones plagadas de animales muertos que fueron utilizados para las pruebas de los nuevos cocteles mortales del narco.