Hace más de cinco años Mónica notó una bolita que crecía rápidamente en su pecho, recibió la primera de tres cirugías en el IMSS, una de ellas fue una mastectomía radical en un seno.
Con 36 años, Mónica Galicia compartió que antes de cumplir los 30, en dos ocasiones desarrolló tumores que la llevaron a someterse a diversos tratamientos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), incluida una mastectomía radical para evitar que el cáncer avanzara en su cuerpo y poner en riesgo su vida.
Después de dicho procedimiento, durante varios años Mónica buscó la reconstrucción de su seno que había perdido, ello, con el objetivo de recuperar su autoestima y confianza en sí misma, sin embargo, los altos costos para dicho procedimiento, fueron el principal obstáculo que le impidieron alcanzar su objetivo.
Finalmente, el sueño de Mónica y como ella, el de varias pacientes más que habían sufrido una mastectomía en su lucha contra el cáncer de mama, se cristalizó, ante una decisión histórica del Consejo Técnico del IMSS, cuyos integrantes en abril del año aprobaron un Criterio de Mérito para ampliar la cobertura del Seguro de Enfermedades y Maternidad.
Así, se autorizó que el Seguro Social lleve a cabo procedimientos de implantes de prótesis mamarias a mujeres derechohabientes quienes en su lucha contra este mal, que puede ser mortal de no ser atendido a tiempo, pudieran mejorar la apariencia de una o dos mamas que perdieron como resultado del diagnóstico de cáncer de mama.
En septiembre pasado, Mónica fue una de las primeras 10 derechohabientes que recibieron un implante de uno o ambos senos durante la Primera Jornada de Reconstrucción Mamaria en el Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI.
Un golpe brusco, la llevó a la autoexploración
Relató que la primera vez que detectó un problema en su seno fue hace más de 10 años, durante un juego de futbol, cuando recibió un golpe brusco en el pecho que le provocó dolor, por lo que días después al realizarse la exploración notó que tenía una bolita.
“No le tomé mucha importancia, porque era (una bolita) muy pequeña, posteriormente fui por un ultrasonido para ver qué me decían y encontraron que tenía un hematoma que desapareció con tratamiento, masajes y medicamentos”, compartió.
Cinco años más tarde, en otra autoexploración, volvió a detectar otra “bolita” en el mismo seno y aunque los estudios de ultrasonido y biopsia determinaron que tenía un tumor benigno, en solo un mes el tamaño de la masa abarcaba casi todo el seno por lo que entró a cirugía y fue posible eliminar el tumor completo sin retirar el seno, aunque tuvo que mantenerse en seguimiento con rehabilitación cuidado.
La radical decisión, ante una tercera “bolita”
Debido a que Mónica, detectó por tercera vez otra “bolita”, en el mismo seno, una vez que ya se había casado y luego de dar a luz a su segundo hijo, pese a que el tumor encontrado también era benigno, los médicos especialistas recomendaron retirar por completo el seno a fin de evitar que la aparición de un nuevo tumor se tornara maligno e invasivo, lo cual pondría en riesgo su vida.
Después de la cirugía Mónica recibió apoyo psicológico y de rehabilitación en el IMSS por el difícil proceso que estaba enfrentando; “entré en depresión porque siempre he sido una persona muy vanidosa y sentía que no era la misma, que me faltaba algo de mi cuerpo, no me sentía bien al verme al espejo”.
Sin embargo, los altos costos para colocar un expansor y la reconstrucción de la mama mediante un implante llevó a Mónica a buscar diversas alternativas, como colocarse una bolsita con arroz o lipoinyecciones, pero los resultados no fueron satisfactorios.
Con miedo a las albercas o la playa, optó por ropa holgada
Ante la situación que vivía Mónica, desarrolló cierto complejo por lo que evitaba meterse al mar o las albercas y optó por playeras o blusas holgadas, para que “no se me notara la parte de arriba, me acomplejé después de esto, la Mónica coqueta se había quedado atrás, para todo decía que no, me volví muy amargada, me encerré en mí misma, alejé a mi familia y a mi pareja”, reveló.
Luego de la cirugía, se volvió a ver bonita
Recordó que hace poco más de un año gracias a un donativo le colocaron un expansor en el seno para aumentar la cantidad de tejido y piel para reconstruir la mama y en septiembre pasado recibió el tan anhelado implante de mama.
“Salí de cirugía, me visita la doctora, me quitan las vendas y me veo al espejo y dije: ¡Qué bonita! Y me dijo: “te ves muy bonita”, a lo que Mónica respondió: “nunca pensé en volver a tener mi seno, porque es muy feo, como mujer para mí fue muy difícil sentirme incompleta, sentirme vacía y que no era atractiva”, externó.
Hoy Mónica ha recuperado su autoestima, atrás quedó el miedo, el no sentirse bonita o incompleta como mujer, su apariencia cambió, y sólo tiene palabras de agradecimiento para el Seguro Social, “con la doctora, con el director del Hospital de Oncología a quien no tengo el gusto de conocer, de saber que me han apoyado tanto y esa parte de volver a tener fe, a tener confianza y que en esta vida con paciencia todo llega”.