El titular de Economía, Marcelo Ebrard, afirmó en el Palacio Nacional que, sin la intervención de la presidenta ante Donald Trump, todas las importaciones mexicanas estarían pagando un arancel del 25%. Destacó que, a pesar de la decisión de E.U de imponer aranceles globales al acero y al aluminio a partir del 2 de abril, México ha logrado condiciones más favorables que otros países.
“A nosotros nos parece una mala idea que haya aranceles para el acero y el aluminio, pero esta es una decisión que tomó Trump a nivel global”, señaló Ebrard, quien advirtió que la medida afectará a muchas industrias.
Ante este panorama, anunció que a partir del 14 de marzo se realizarán consultas con el sector industrial para definir estrategias de apoyo a las empresas mexicanas. “Hay muchas medidas que se pueden tomar, pero no las vamos a tomar intempestivamente”, subrayó.
El objetivo del gobierno es garantizar que México mantenga su competitividad y proteja el empleo. “Tenemos cierta excepcionalidad, con el objeto de proteger a las empresas y los empleos; esa es la orden presidencial”, destacó el secretario de Economía.
Por su parte, la presidenta reiteró la importancia de mantener el diálogo con EE.UU. antes de tomar cualquier represalia. A diferencia de la Unión Europea y Canadá, que ya anunciaron aranceles recíprocos, México esperará el anuncio del 2 de abril para definir su postura.
“Nadie gana en una guerra arancelaria”, afirmó la mandataria, quien subrayó que México debe mantenerse dentro del T-MEC y fortalecer su posición en la región para competir a nivel global. Advirtió que si la visión de EE.UU. no resulta favorable para México, se tomarán medidas y se informará a la población.
Finalmente, Ebrard destacó que la estrategia de “firmeza y sangre fría” ha dado resultados, y aseguró que el gobierno seguirá defendiendo los intereses del país.