
En los últimos 12 años, al menos 3 mil 354 mujeres han sido atendidas en hospitales federales del sector salud en México por agresiones con sustancias corrosivas.
Esta cifra equivale a un promedio de 270 casos anuales e incluye tanto a mujeres adultas como a menores de edad, incluso recién nacidas.
Al menos 28 mujeres han sido agredidas con algún ácido en México, de las cuales 22 han logrado sobrevivir y cuatro fallecieron al momento del ataque: una por complicaciones por las lesiones generadas por el ácido y otra debido al COVID-19.
Especialistas advierten que las cifras oficiales podrían ser aún mayores, ya que no contemplan los casos atendidos en hospitales estatales, privados ni a las mujeres que no buscan atención médica o que fallecen por las lesiones.
Según un estudio del Instituto Belisario Domínguez del Senado, “La Violencia de género con ácido: Una de las manifestaciones más crueles del machismo en México”, la mayoría de estas agresiones son perpetradas por hombres, muchas veces cercanos a las víctimas, como parejas o exparejas sentimentales.
La organización británica Acid Survivors Trust International (ASTI) reporta alrededor de 2 mil 400 casos anuales a nivel mundial, siendo la mayoría mujeres y niñas las afectadas.
Las agresiones con ácido buscan desfigurar de forma permanente el rostro y el cuerpo de las víctimas, dejando secuelas físicas y emocionales de por vida.
Estas quemaduras requieren atención médica especializada, incluyendo cirugías reconstructivas, fisioterapia, apoyo psicológico y cuidados de largo plazo.
El costo de la recuperación puede superar el millón de pesos mexicanos, lo que dificulta el acceso a tratamientos adecuados para muchas víctimas.
La Ciudad de México, Puebla y el Estado de México concentran el mayor número de casos. Las víctimas suelen ser mujeres jóvenes entre los 20 y 30 años.
De acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez, en el 85 por ciento de los casos el agresor es una pareja o expareja sentimental, y en un 30 por ciento de los ataques participaron dos o más personas.
A pesar de la gravedad de estas agresiones, el acceso a la justicia continúa siendo limitado.
Hasta ahora, solo cuatro agresores han sido vinculados a proceso penal, tres por tentativa de feminicidio y uno por violencia familiar Este tipo de violencia, considerada una de las expresiones más crueles del machismo, tiene antecedentes históricos desde el siglo XIX en Francia, y hoy afecta a mujeres en países como India, Bangladesh, Pakistán, Colombia y México.
En América Latina, Colombia ocupa el tercer lugar mundial por número de casos registrados.