Juan Ramón de la Fuente, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, informó que el impuesto del 5% a las remesas no está dirigido exclusivamente a México, sino que aplicaría a todos los países que reciben estos envíos. Sin embargo, advirtió que la medida es discriminatoria, viola tratados internacionales y afectaría directamente a las familias mexicanas que dependen de este ingreso.
Por orden presidencial, se envió una primera carta oficial a los representantes de la iniciativa, donde se expusieron los argumentos jurídicos y humanitarios en contra. Hoy se reunirán los comités de análisis y presupuesto en Estados Unidos para discutir la propuesta, que en caso de avanzar, pasaría al Senado y luego regresaría a la Cámara de Representantes.
De la Fuente subrayó que el gobierno mexicano hará la mejor defensa posible en todos los frentes, ya que no considera justo que con fines recaudatorios se castigue a quienes menos tienen.
Desde el Ejecutivo se remarcó que el impuesto afecta a los migrantes mexicanos que ya pagaron impuestos sobre ese dinero, y que el gravamen recaería sobre su renta disponible, disminuyendo su capacidad de apoyo a las familias en México. En este sentido, la mandataria afirmó que si se quiere gravar, que sea a los que más tienen.
Además, una comisión de legisladores mexicanos se reunirá la próxima semana con congresistas estadounidenses para defender esta causa. Se hizo un llamado a la comunidad migrante para que exprese su rechazo directamente ante sus representantes en el Congreso.
Cabe recordar que el tratado para evitar la doble imposición entre México y Estados Unidos fue firmado el 18 de septiembre de 1994 y establece que una misma actividad económica no puede ser gravada dos veces por ambos países. Aplicar este impuesto, señalaron las autoridades, violaría dicho acuerdo internacional.
Finalmente, se destacó que la propuesta no sólo es injusta y regresiva, sino que afecta directamente a personas no estadounidenses, lo que la convierte en una medida abiertamente discriminatoria.