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La iniciativa se debate esta semana en la Cámara de Representantes e inquieta a millones de familias. En la región latinoamericana, nuestro país sería el más afectado

México perdería 65,000 mdd si EU aprueba impuesto a remesas

La economía mexicana podría recibir un golpe de 65,000 mdd si el Congreso de Estados Unidos aprueba la propuesta de imponer un impuesto del 5 % a las remesas enviadas desde su territorio, medida que forma parte del proyecto presupuestario impulsado por el presidente Donald Trump.

La iniciativa se debate esta semana en la Cámara de Representantes y ha desatado preocupación tanto en Washington como en la región latinoamericana, donde México sería el país más afectado.

Según el Banco de México, en 2024 se alcanzó un récord histórico de remesas por parte de los connacionales en el exterior, con casi 65,000 mdd enviados, de los cuales más del 95 % provienen de Estados Unidos.

Si el nuevo impuesto se implementa, el costo de enviar dinero podría duplicarse o incluso triplicarse, de acuerdo con un estudio del BBVA México, que estima que una transferencia de 350 dólares podría pasar de costar 6 dólares a 23.5.

La presidenta Claudia Sheinbaum denunció que la propuesta viola el tratado bilateral firmado entre México y Estados Unidos en 1994 para evitar la doble tributación. “Este impuesto castiga a las familias trabajadoras, tanto en Estados Unidos como en México. No solo es injusto, es ilegal”, señaló en conferencia de prensa.

Sustento de millones de hogares en riesgo

Las remesas son la principal fuente de ingresos para millones de familias mexicanas, en especial en estados como Michoacán, Guanajuato y Jalisco, donde gran parte de la población depende de este flujo de dinero para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación.

El gravamen propuesto afectaría directamente a más de 40 millones de personas en Estados Unidos, entre ellas migrantes con residencia legal, con visados temporales e incluso con Estatus de Protección Temporal (TPS), como es el caso de la hondureña María Lorenza Carrasco. Ella, como muchos otros, envía mensualmente dinero a sus hijas y a su hermano enfermo en Honduras. “Imagínese, yo no gano mucho en este país, yo me sacrifico para mandarles el dinero”, relató.

Si bien la medida impactaría de manera directa a naciones centroamericanas como El Salvador, Nicaragua y Honduras —donde las remesas representan hasta un 27 % del PIB, según datos del Banco Mundial y los bancos centrales respectivos—, México es el segundo mayor receptor de remesas en el mundo, solo después de India. Esto convierte a la comunidad mexicana en la principal afectada.

Golpe político como de medida fiscal

La iniciativa es vista como parte de la estrategia del presidente Trump para endurecer su discurso migratorio y fiscal de cara al proceso electoral de noviembre. El gravamen se encuentra insertado dentro del plan de presupuesto federal, lo que aumenta la presión política para su aprobación en la Cámara Baja antes de julio.

La propuesta ha sido criticada por el Caucus Hispano del Congreso (CHC), que advirtió que el impuesto representa “un golpe directo al corazón económico de las comunidades migrantes”.

Para la Fundación 15 de Septiembre, con sede en Miami, la medida evidencia el desdén de Washington por el rol de los migrantes en la economía estadounidense. “No tenemos esa reciprocidad, ese apoyo que nos merecemos”, afirmó su presidente, Juan Flores.

A nivel doméstico, el impacto sería devastador. En México, organismos como el Consejo Nacional de Población (Conapo) han señalado que las remesas han sido fundamentales para sostener a millones de personas en condición de pobreza. Su encarecimiento implicaría una contracción inmediata en el consumo interno en regiones completas del país.

Estados Unidos es el principal emisor de remesas a nivel mundial, con más de 200,000 mdd enviados anualmente, de acuerdo con el Banco Mundial. Si la medida prospera, no solo México, sino toda América Latina podría enfrentar consecuencias severas (con información de EFE).

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