Nacional

El primer cara a cara con la presidenta mexicana se frustra debido a la escalada bélica en Medio Oriente, crisis que el mandatario estadunidense priorizó

Trump se va de Canadá y deja en el aire reunión con Sheinbaum

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tenía un objetivo claro para este martes: pugnar ante su homólogo estadounidense, Donald Trump, en el marco de la cumbre del G7 en Canadá, que los migrantes mexicanos no son criminales y que la economía del coloso norteamericano no puede andar sin ellos.

Según la agenda oficial, Sheinbaum se reuniría con el mandatario republicano a las 15:40 (hora local), con una duración prevista de una hora, pero todo se ha cancelado este mismo lunes, unos minutos después de que la mexicana aterrizara en Canadá. Trump evaluó que debía atender desde Washington la crisis de Medio Oriente, donde vaticina una escalada brutal, y el resto de sus reuniones quedaeron en segundo plano.

Esta frustrada reunión bilateral, que sería la primera presencial tras siete conversaciones telefónicas previas, se perfilaba como uno de los momentos clave de la cumbre y de la relación bilateral. Canadá había logrado sacarle a Trump un mes de negociaciones para el tema de los aranceles, así que era fácil prever que México pudiera conseguir al menos lo mismo.

Todo lo anterior llega precedido por las protestas de inmigrantes y activistas en Los Ángeles, contra las redadas del ICE, y tras la acusación de la secretaria de Seguridad Nacional de EU, Kristi Noem, contra la mandataria mexicana, a la que acusó directamente la semana pasada de incitar los disturbios, dando por válido un bulo propagado por un influencer ultraconservador, en el que aseguraba que estaba detrás de las protestas.

Si bien es cierto que Trump no reiteró públicamente la denuncia de Noem, tampoco la desmintió explícitamente, dejando en el aire una amenaza de la que se hizo eco este mismo fin de semana el experto en cárteles del narcotráfico, Ioane Grillo, quien en un artículo de opinión en The New York Times, advirtió del peligro de que el sector más ultra del trumpismo asocie a Sheinbaum con las protestas de inmigrantes, y sirva de excusa para una intervención militar estadounidenses en territorio mexicano.

“Los mexicanos son trabajadores, no criminales”

En declaraciones previas al viaje, Sheinbaum adelantó que una de sus prioridades al encontrarse finalmente con Trump sería defender los derechos de los migrantes mexicanos, enfatizando que “no son criminales, sino personas que contribuyen al crecimiento económico de Estados Unidos”. La mandataria recordó que incluso el propio Trump ha reconocido en diversas ocasiones el valor de la comunidad mexicana en estados como California, que actualmente ha presentado manifestaciones ante la oleada de redadas.

“Que sepan ustedes que ahí vamos a defender dignamente a las y a los mexicanos, un pueblo valiente y trabajador, que trabaja aquí en nuestro país y también del otro lado de la frontera”, aseguró Sheinbaum tras informar de su vuelo este lunes a Canadá y confirmar el encuentro del martes con Trump, el primero entre los dos líderes desde que asumieron el poder, Trump, en enero de este año, y Sheinbaum, en octubre de 2024.

“Se lo haremos saber también al presidente Trump: que las y los mexicanos que viven allá no son criminales, que migraron por necesidad y son parte ya de la vida de Estados Unidos”, declaró Sheinbaum el pasado viernes.

¿Qué aportan los mexicanos?

Actualmente, se estima que hay más de 10.6 millones de personas nacidas en México viviendo en Estados Unidos, y una gran parte de ellas forma parte activa de la fuerza laboral. En total, los trabajadores de origen mexicano (incluyendo primera, segunda y tercera generación) suman más de 37 millones de personas. Su contribución económica es enorme: aportan alrededor de 324,000 millones de dólares al año a la economía estadounidense.

Por poner un solo ejemplo de la fuerza laboral de los inmigrantes mexicanos en EU, se estima que 7 de cada 10 trabajadores agrícolas en EU son mexicanos.

Remesas, fentanilo, aranceles…

La agenda bilateral a discutir llega también marcada por el chantaje arancelario de Trump a México y Canadá (acero, aluminio, automóviles), alegando que ninguno de los dos socios de EU en el T-MEC hacen lo suficiente para frenar en seco el tráfico de fentanilo.

Otra papa caliente entre las manos de Sheinbaum es el polémico plan presupuestario de Trump (pendiente de aprobación por el Senado) que contempla la imposición de impuesto a los aranceles, lo que golpeará duramente la economía de miles de familias mexicanas.

Gesto canadiense

El viaje de Sheinbaum a Canadá nace de un gesto del gobierno del conservador Mark Carney, quien la invitó expresamente a participar en el G7 y podría funcionar también para que ambos líderes sumen fuerzas contra el mandatario estadounidense más imprevisible.

Tendencias