Al ser cuestionada sobre la gentrificación, el desplazamiento de pobladores y la transformación urbana en diversas colonias de la Ciudad de México, la mandataria aseguró que se trata de un fenómeno global que afecta a muchas ciudades, pero que en la capital mexicana tiene particularidades que deben atenderse.
Explicó que la gentrificación ocurre cuando la población original de ciertas zonas es reemplazada por habitantes de un nivel económico distinto, muchas veces favorecida por cambios en el uso de suelo promovidos por gobiernos locales, lo cual resulta rentable para empresarios inmobiliarios, pero perjudicial para las comunidades.
“Se expulsa a los pobladores originales elevando el nivel de vida sin considerarlos, lo cual genera conflicto”, señaló, y puso como ejemplo los casos de las colonias Roma y Condesa, donde este proceso lleva varios años sin intervención gubernamental, lo que provocó un aumento en la demanda y el encarecimiento de la vivienda.
Afirmó que el fenómeno se intensificó durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera, y que para enfrentarlo, es necesario adoptar una visión participativa, donde la población pueda decidir si está o no de acuerdo con los cambios en sus entornos.
Subrayó que la construcción de vivienda social en zonas céntricas es una vía para revertir el fenómeno, siempre que se realice desde el interior de la ciudad y con perspectiva social, para evitar que continúe el aumento en los costos de renta y propiedad.
Enfatizó que la xenofobia y la discriminación no deben confundirse con el debate urbano, y rechazó que manifestaciones contra la gentrificación adopten discursos excluyentes o racistas. “No queremos discriminación”, dijo.
Finalmente, acusó directamente al presidente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, de haber desarrollado redes de especulación inmobiliaria en la alcaldía Benito Juárez, lo que calificó como parte del llamado “cártel inmobiliario”.
La mandataria concluyó que lo esencial es abrir un debate profundo sobre cómo garantizar el acceso a la vivienda y los servicios públicos, sin marginar a quienes históricamente han habitado la ciudad.