
El crimen organizado y la delincuencia son ya las principales amenazas y riesgos para la seguridad nacional, ya que sin seguridad y estado de derecho el desarrollo del país es inviable .
Así lo advirtieron expertos en la conferencia “Dimensiones de la Seguridad Nacional; organizada por el Senado.
En su intervención, Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, profesor de la Universidad de las Américas, Puebla, y asesor en seguridad, advirtió que la delincuencia organizada es el riesgo más importante para la seguridad del país, cuyos componentes “rebasan” la actuación del Estado mexicano e, incluso, han alcanzado la trasnacionalidad con actividades como el tráfico de drogas, la trata de personas o el terrorismo.
Apuntó que la violencia se ha vuelto una “expresión” del problema de seguridad en el país, que tiene su origen en el homicidio doloso, delito del fuero común que deben atender las instituciones de seguridad pública locales; tal problemática, enfatizó, ha tenido repercusiones en el prestigio del país en el exterior.
Advirtió, además, que la Ley de Seguridad Nacional no ha sido modificada “fuertemente” en 20 años, es decir, desde su creación en 2005, a pesar de que ha sido un tema que ha evolucionado y ha dado paso a la creación de instituciones; “sin seguridad pública, no puede haber seguridad ni desarrollo nacionales”, sentenció.
Por su parte, Daniel Castillo Santander, consultor en seguridad y académico del Colegio de Defensa Nacional, refirió que, mientras la seguridad nacional tutela la permanencia y el desarrollo del Estado, la seguridad interior, por su parte, se centra en la coordinación de las instituciones y en garantizar la gobernabilidad.
Sin embargo, recordó que la Ley de Seguridad Interior de nuestro fue invalidada, con lo que no existe marco jurídico para determinadas amenazas, además de que no hay claridad en la actuación y coordinación de autoridades civiles, militares y de los tres órdenes de gobierno.
“Hablar de una seguridad interior no es simplemente una cuestión coyuntural o una ocurrencia de intentar poner un concepto más, es algo natural; tanto así que otras naciones democráticas tienen leyes y marcos normativos de la seguridad interior”, como Francia, Bélgica, Estados Unidos y Singapur, entre otras, precisó.
También advirtió que la seguridad pública no puede recargarse solo en las Fuerzas Armadas, se deben desarrollar capacidades de los estados y municipios porque existe el riesgo de una militarización del país, mientras no se evalúe la infiltración del narcotráfico y la democracia en las estructuras de gobiernos en todos sus niveles.
A su vez la presidenta de la Comisión de Defensa Nacional, Ana Lilia Rivera Rivera, subrayó que la seguridad nacional no es compatible con la opacidad ni con los excesos, ya que ésta sólo es legítima cuando se ejerce con legalidad, control civil y respeto irrestricto a los derechos humanos.
seguridad nacional “no puede ni debe ser una preocupación exclusiva del Poder Ejecutivo o del ámbito militar, porque también es y debe ser una tarea legislativa”.
En la inauguración de la conferencia magistral “Dimensiones de la Seguridad Nacional”, la senadora precisó que en el Congreso de la Unión se reforman leyes e instituciones, se asignan presupuestos y se establecen los límites para la actuación del Estado en esta materia.
En su oportunidad, José Alfredo Ortega Reyes, general de brigada de Estado Mayor y experto en seguridad de la SEDENA, sostuvo que la seguridad nacional es intrínseca al proyecto de nación de un país, pues de no contarse con ello, tampoco se pueden establecer los objetivos de seguridad ni plasmarlos en la Carta Magna; “el diseño de seguridad nacional debe partir de un proyecto de nación y no al revés”, reiteró.
Sostuvo que México debe redefinir su proyecto de nación para el siglo XXI, donde consideré los elementos que sean vitales para la supervivencia del país, el papel que quiera desempeñar en el nuevo escenario mundial y los factores que podrían representar un obstáculo para alcanzar sus objetivos.
La conferencia “Dimensiones de la Seguridad Nacional” es el segundo de un ciclo de tres encuentros organizados por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el Senado de la República y la Cámara de Diputados, dirigidos a alumnos del Colegio de Defensa Nacional y a asesores y legisladores del Congreso de la Unión.