
Con el paso de los años, el cerebro, puede experimentar cambios que disminuyen su función provocando deterioro cognitivo, el cual puede definirse como la disminución de las funciones cerebrales superiores como la atención, memoria, lenguaje, el juicio o la capacidad de resolver problemas.
El doctor Héctor Ramón Martínez, director del Instituto de Neurología y Neurocirugía de TecSalud, recordó que el cerebro es seguramente el órgano más importante del cuerpo humano, debido a que regula todas sus funciones, ello, pese a que sólo representa el 2% del peso corporal (pesa entre 1.3 y 1.4 kilogramos), consume el 20% del oxígeno inhalado en cada respiración y el 15% del flujo sanguíneo en cada latido del corazón.
Deterioro cognitivo, condición cada vez más frecuente
El especialista resaltó que el deterioro cognitivo es una condición cada vez más frecuente en la actualidad afectando las funciones cerebrales o mentales superiores, las cuales normalmente nos permiten realizar tareas cotidianas y tomar decisiones.
Al respecto, mencionó que es necesario aclarar que, si bien con la edad es normal una disminución gradual de algunas habilidades del cerebro, esto no implica una pérdida total de capacidades ni debe asumirse como parte del envejecimiento.
Resaltó que para reducir el riesgo de deterioro cognitivo se recomienda adoptar medidas que incluyen una alimentación adecuada, dormir bien, realizar actividad física, reducir el estrés, y mantener vínculos sociales con el fin de ayudar a preservar la salud cerebral y a mantener su funcionamiento a lo largo de los años.
Con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Cerebro, -este 22 de julio-, resaltó que para mantener una buena salud cerebral, el cuidado del cerebro no debe comenzar a los 60 años, sino desde la infancia, y enfatizó que la tecnología no es enemiga del cerebro; lo importante es el uso que se le dé, la clave está en utilizar la tecnología de manera consciente, equilibrada y saludable”.
Señales para identificar el inicio del envejecimiento cerebral
Alertó que algunas de las señales que no deben pasar desapercibidas son: olvidar acciones recientes, repetir constantemente ideas o preguntas, desorientarse en el tiempo, es decir, no recordar fechas importantes, el día, semana, mes o año, o en el espacio con eventos como que no se puedan reconocer áreas familiares del hogar o cómo llegar a casa, así como presentar cambios en la memoria que interfieren con las actividades diarias.
Estas señales, sostuvo, pueden indicar un posible deterioro en la función cognitiva y deben considerarse para una detección temprana, en tanto que algunos factores que aceleran el deterioro del cerebro incluyen el uso excesivo de dispositivos electrónicos, el tiempo prolongado frente a pantallas, estrés, ansiedad, privación o problemas de sueño, alimentos ultraprocesados vida sedentaria, aislamiento social y contaminación ambiental, por ejemplo, el aire o el agua contaminada con metales pesados.
Algunas enfermedades que también inciden son las encefalitis, que se caracteriza por la inflamación del cerebro, así como enfermedades crónico-degenerativas incluyendo la diabetes e hipertensión arterial.
El especialista recomendó adoptar hábitos saludables que ayuden a mantienen la salud del cerebro, tales como procurar una adecuada higiene del sueño, con periodos de descanso entre siete y ocho horas diarias, las cuales permiten al cerebro activar un mecanismo natural de limpieza conocido como sistema glinfático, que eliminar toxinas acumuladas en el cerebro y evitar el envejecimiento prematuro.
Hacer ejercicio al menos 150 minutos a la semana lo cual ayuda a reducir el estrés, mejora la oxigenación del cerebro y estimula la producción de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina, endorfinas y oxitocina.
Estos compuestos contribuyen a mejorar la atención, la concentración, mejorando la memoria, el ánimo, al igual que favorecer el descanso y ayudan a regular el apetito y el dolor.
Alimentación y dieta llamada nutrición cerebral que incluya omega 3, antioxidantes, evitar consumir azúcares no naturales y alimentos procesados.
Un elemento clave para mantener la mente activa es dedicar tiempo a la lectura, la escritura, los juegos de mesa o aprender nuevas habilidades e idiomas favorecen la agilidad mental y retrasa la demencia asociada a la edad.
Utilizar dispositivos tecnológicos como teléfonos celulares, IPAD o computadora, acorde a las necesidades laborales en el adulto o académicas en el adolescente, ya que el uso excesivo, pasivo o adictivo puede afectar negativamente a la función cerebral, afectando la atención, la memoria y el sueño.
Conforme avanza la edad, se recomienda que el adulto mantener vínculos de conexión humana y las relaciones interpersonales con la familia y los amigos, para evitar el aislamiento.