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El reto es atender construcciones antiguas y el envejecimiento de edificaciones afectadas por factores como cambio climático, exposición a fenómenos extremos 

CICM: seguridad de las construcciones es requisito técnico y un compromiso ético 

Una calle en La Habana Vieja
Edificios antiguos Reto: atender construcciones antiguas y el envejecimiento de edificaciones afectadas por factores como cambio climático, exposición a fenómenos extremos  (La Crónica de Hoy)

Mauricio Jessurun, presidente del XL Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), advirtió que en la actualidad aunque se han logrado diseñar estructuras más complejas y con mayores niveles de seguridad, el reto es atender todas las construcciones antiguas, por el envejecimiento de las mismas.

“Ante el envejecimiento de todo lo construido, el cambio climático, la acelerada urbanización y la creciente exposición a fenómenos extremos, surge un nuevo desafío: anticiparse al daño antes de que ocurra.

En ese contexto, cobra especial relevancia el concepto de Monitoreo de la Salud Estructural, Structural Health Monitoring, una herramienta cada vez más adoptada por la ingeniería”, puntualizó.

Ello, dijo, ya que la seguridad de las construcciones es un requisito técnico y un compromiso ético con la protección de la vida humana y del patrimonio personal, familiar o colectivo.

Al respecto, Darío Rivera Vargas, coordinador adjunto del Comité de Seguridad Estructural del CICM, enfatizó que la evaluación de la seguridad de construcciones existentes tiene varias incertidumbres, entre ellas, que se están acercando al final de su vida útil.

Las propiedades van cambiando a través del tiempo – deterioro de materiales, hundimientos del suelo, sismos-, si fueron diseñadas y construidas bajo normas menos rigurosas, y para la supervisión de las mismas, la importancia del monitoreo radica en:

Reducir la incertidumbre sobre el comportamiento real de los edificios ante diferentes demandas de carga; la instrumentación de edificios aporta información valiosa sobre el estado actual de la estructura; predice la respuesta de un edificio; ayuda a los planes de continuidad de negocio de inmuebles según su vida útil e incluso reduce costos de seguros, al demostrarse con datos las condiciones de la estructura.

Sostuvo que aunque en la ingeniería hay una posibilidad mínima de falla, “no existe probabilidad de falla igual a cero, por lo que es pertinente el monitoreo de la salud estructural, que implica evaluar y garantizar la confiabilidad de las estructuras mediante la medición de su respuesta, para detectar, localizar y evaluar los daños mediante el análisis de los resultados, y estimar la vida útil que le queda al inmueble o, en consecuencia, aplicar algún esquema de rehabilitación que sea el más conveniente para prolongar la vida útil de estas construcciones.

En su oportunidad, Sergio Aguilar Sanders, miembro del CICM especializado en innovaciones tecnológicas y procedimientos de ingeniería para la seguridad estructural, resaltó que gracias a la instrumentación moderna y tecnologías como sensores, monitoreo satelital y drones, hoy es posible detectar a tiempo fallas o riesgos en puentes, presas, edificios u obras hidráulicas, reduciendo costos y previniendo tragedias, y enfatizó que la clave está en actuar antes del daño especialmente en infraestructuras relevantes, por lo que el llamado es a adoptar una mayor cultura preventiva y tecnológica en todas las áreas posibles de la infraestructura”.

Seguridad en los estadios

De cara al mundial y los partidos que se celebrarán en nuestro país, mencionó que las gradas de los estadios están sometidas a fuertes cargas dinámicas, y el ritmo de movimiento de los aficionados actuales dista mucho del de los años cincuenta, diferencia que puede provocar resonancias en la estructura, acelerando su deterioro.

Por ello, enfatizó, es fundamental realizar una evaluación objetiva que cuantifique el nivel de seguridad de estas instalaciones, ya que, refirió, en el pasado, casi 20 estadios en todo el mundo han registrado incidentes con víctimas y heridos por la falta de un monitoreo adecuado.

“Hoy, la FIFA exige medidas de seguridad para prevenir catástrofes en estos inmuebles y uno de los antídotos es el monitoreo de la salud estructural”.

Enfatizó que el impacto social del monitoreo estructural es significativo, ya que permite construir obras más seguras, resilientes y con costos optimizados, “al incorporar nuevas tecnologías, se garantiza la operatividad y seguridad de la infraestructura clave, lo cual no sólo protege a la población, sino que también representa ahorros importantes frente a los gastos derivados de la falta de prevención de fallas”, señaló.

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