
Considerada la esclavitud del siglo XXI, la trata de personas se realiza cada vez con mayor violencia, y métodos más sofisticados pero su principal sello es que este delito es sinónimo de delincuencia organizada que obtiene ganancias ilícitas estimadas por 236 mil millones de dólares anuales.
De acuerdo a un reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) con motivo del Dia Internacional contra la Trata de Personas, hay más de 200 mil víctimas de este delito alrededor del mundo, pero se estima que el número real es significativamente mayor.
“Cada historia es una evidencia del daño sistemático que esta forma de esclavitud moderna causa en silencio”, advierte
Reveló que 74 % de los tratantes de personas operan como parte de grupos delictivos organizados. Éstos—agrega-- han sofisticado sus métodos mediante el uso de tecnología, fraudes cibernéticos e inteligencia artificial para reclutar, controlar y explotar personas, desde el trabajo forzado en sectores como la construcción y la pesca hasta la explotación sexual y los delitos digitales.
Según datos de Amnistía Internacional, de enero a junio de 2024, se reportaron 185 casos de víctimas del delito de trata de personas en México. Al final del año 2023 se reportaron 382 casos.
En los últimos 6 meses se registraron más delitos en contra de las infancias y adolescencias que durante los mismos meses del año 2023. Se reportó que el 81.1% fueron mujeres y el 18.9% hombres.
Los estados en los que se han registrado más casos de víctimas de trata de personas de entre 0 y 17 años en lo que va del año han sido Quintana Roo (33), Ciudad de México (27) y Chihuahua (21).
De los casos de 18 o más años reportados de enero a junio de 2024 se encontró que el 87.4% fueron mujeres.
De acuerdo con el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de UNODC, el 74% de los 3,121 casos analizados estuvieron vinculados con estructuras del crimen organizado, tanto del tipo que ejerce control territorial mediante la violencia como del tipo que opera con esquemas empresariales de explotación sistemática.
Cada año, estos grupos criminales amplían su capacidad de explotación, utilizan mayores niveles de violencia y prolongan los periodos de abuso con el objetivo de maximizar sus ganancias.
A la par, han perfeccionado el uso de tecnologías digitales para captar, controlar y explotar a víctimas, en particular niñas, niños y adolescentes.
El más reciente Reporte Anual contra la Trata de Personas 2024–2025 del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México señala un incremento del 86% en los reportes de trata vinculados a pornografía infantil, comparando el primer semestre de 2025 con el mismo periodo de 2024.
De los reportes clasificados como trata, el 62% corresponden a este tipo de material, mientras que el 38% restante se distribuye entre otras ocho modalidades.
De acuerdo a la UNODC, la niñez y la adolescencia continúan siendo las más afectadas. Las víctimas son captadas principalmente a través de redes sociales, plataformas digitales, aplicaciones de citas y videojuegos en línea. La mayoría de los casos involucra adolescentes entre 12 y 17 años, siendo las mujeres el 59% del total.
La población migrante también es un grupo que enfrenta situaciones de riesgo importante frente a la trata de personas en México.
Según este mismo Reporte, el 63% de los reportes recibidos por parte de personas migrantes refirieron haber sido enganchadas a través de falsas promesas de ayuda
. El 73% de los casos de trata fueron por trabajos forzados y el 21.9% por explotación de la prostitución ajena. Dentro de las actividades ilícitas a las que fueron sometidas, se encuentra el transporte de narcóticos.
“En México, UNODC y OIM han documentado preocupantes hallazgos sobre la relación entre la trata de personas y el crimen organizado en comunidades indígenas y afromexicanas del país, así como en población migrante”, establece
Detalla que las comunidades indígenas y afromexicanas han expresado su preocupación por la creciente presencia de grupos criminales, el incremento de desapariciones, así como el consumo de alcohol y drogas como factores de riesgo asociados a actividades delictivas. También se ha identificado la captación de niñas, niños y adolescentes para la realización de actividades ilícitas, incluyendo distribución de drogas, bajo amenazas cuando buscan desvincularse.