
El secretario de Estado de EU, Marco Rubio, anunció este miércoles, en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que el gobierno de Donald Trump abordará por fin uno de los problemas que el gobierno de Claudia Sheinbaum considera más acuciantes para abordar: el constante tráfico de armas de alto calibre de Estados Unidos a México, y que hace tan difícil combatir a los grupos criminales.
“Las armas son un problema, lo sabemos”, admitió Rubio y declaró que su gobierno pondrá un alto al flujo, no sólo hacia México, sino a otros países de la región, como Trinidad y Tobago, cuyo gobierno recientemente dio el visto bueno a que se use su territorio para una intervención militar estadounidense contra el narcotráfico, tras denunciar cómo se están infiltrando los narcos venezolanos.
“Este es un problema que no solamente tenemos con México, es un problema que tenemos con Haití, República Dominicana, Trinidad…; y le vamos a poner un alto a este flujo, eso forma parte de las metas de nuestro grupo de coordinación con México”, declaró.
Al respecto, el comunicado acordado este miércoles por ambos cancilleres subraya que dicha cooperación, que se realizará “a través de acciones específicas e inmediatas, fortalecerá la seguridad a lo largo de nuestra frontera compartida, detendrá el tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas, y pondrá fin al tráfico de armas”.
Durante la rueda de prensa, el canciller mexicano reiteró la prioridad no sólo en el combate al tráfico ilegal de drogas, de combustible, financiero y de drogas, sino también al de armas.
Un “río de hierro”
En 2024, se estima que aproximadamente 500,000 armas de fuego ingresaron ilegalmente a México desde Estados Unidos, según datos del gobierno mexicano y el Índice de Paz México 2025. Este flujo ha sido descrito como un “río de hierro” por medios como CBS News, debido a su volumen y constancia. Texas fue el principal punto de salida, responsable del 43% del tráfico de armas hacia México. Arizona aportó el 22%, y California el 9%.