
De Macuspana a volverse el hombre más poderoso de México, la historia de Andrés Manuel López Obrador no se puede entender sin sus luchas, sus convicciones y, por supuesto, las personas que, en su juventud, impulsaron su carrera como político, entre quienes destaca su padrino y mentor: Ignacio Ovalle.
Ovalle es más que un veterano de la política, es un auténtico viejo lobo de mar, que con altibajos, supo mantenerse en la vida pública en distintos regímenes, desde el todopoderoso PRI de los años 70, hasta el albor de la autodenominada Cuarta Transformación en el nuevo milenio: fue secretario particular del presidente Luis Echeverría, director del Instituto Nacional Indigenista (INI), donde fue el jefe de un joven López Obrador, así como coordinador del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginadas (COPLAMAR).
Su kilométrico currículo no termina ahí, también fue embajador de México en Argentina (1983-1987), nación al que lo fue a visitar el tabasqueño junto a su entonces esposa, Rocío Betrán, en un viaje poco conocido de quien fuera, tres décadas después, presidente de la República. Y más tarde, Ovalle se desempeñó como embajador en Cuba antes de servir como titular de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Posteriormente fue diputado federal en la LVI Legislatura, de 1994 a 1997, y después se mantuvo largo tiempo fuera del gobierno para dedicarse a actividades privadas y al sector no gubernamental… hasta que su antiguo pupilo, el líder de Morena y mandatario federal electo en 2018, lo rescató.
¿Quién fue el padrino político de AMLO? La historia de Ovalle
De acuerdo al libro Licencia para robar: Segalmex: el hoyo negro que devoró a la 4T, de los periodistas Zedryk Raziel y Georgina Zerega, la relación de Ovalle con López Obrador se remonta a los primeros años de la carrera política de AMLO: uno de los momentos clave fue en 1977, cuando López Obrador era director del Instituto Indigenista en Tabasco, y Ovalle era su superior en el Instituto Nacional Indigenista.
A partir de esa relación inicial, se le atribuye a Ovalle el haber orientado, apoyado o abierto puertas para AMLO en distintas etapas de su vida política, como cuando el tabasqueño buscaba puestos dentro del gobierno o conexiones con otros actores políticos que serían importantes para su trayectoria.
Ovalle no sólo le consiguió un trabajo en el Instituto Nacional del Consumidor, bajo las órdenes de Clara Jusidman, sino que además fue su interlocutor entre él y Salinas de Gortari, cuando planeaba renunciar al PRI y postularse para gobernador de Tabasco en el movimiento de Cuauhtémoc Cárdenas.
Era tanta la confianza y el cariño de López Obrador con Ovalle, que el tabasqueño lo fue a visitar a Argentina en 1984, tras haber renunciado a la presidencia del PRI en Tabasco, para agradecerle el trabajo que le consiguió en el referido Instituto, que actualmente es la Procuraduría Federal del Consumidor, mejor conocida como Profeco.
Favor con favor se paga.
En esta cantina inició el fraude de miles de millones de pesos en Segalmex
Tras el triunfo arrollador de López Obrador en 2018, donde consiguió 30 millones de sufragios, Ovalle, que había padecido una larga temporada de vacas flacas, por fin volvió a ver la luz del presupuesto federal: su antiguo pupilo lo puso al frente de un nuevo organismo, creado para combatir la pobreza alimentaria de México y al mismo tiempo apoyar a productores nacionales, Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Inmediatamente, Ovalle se puso en contacto con su clan, es decir, sus amigos de toda la vida, desde la infancia, que lo habían apoyado en distintos momentos de su carrera: Manuel Lozano, actualmente detenido en Argentina, y René Gavira, que es sobrino de Federico Segreste, amigo inseparable de Ovalle en su juventud.
Tanto Lozano como Gavira, como Lozano, ambos funcionarios del obradorismo detenidos en el extranjero, el primero en Argentina, el segundo en Estados Unidos, fueron figuras clave en el caso de corrupción de Segalmex, el cual fue de más de 15 mil millones de pesos.
En su libro, publicado por el sello Debate de la editorial Penguin Random House, los periodistas Zedryk Raziel y Georgina Zerega narran que, Gavira, tras enterarse del nuevo nombramiento de Ovalle, le escribió un mensaje por WhatsApp para felicitarlo, quien a su vez le respondió con una invitación para hablar de trabajo.
“Querido René: no sabes qué gusto me da recibir noticias tuyas. Me incorporo con el compañero presidente electo. Me gustaría tener una plática conmigo”, le escribió Ovalle a Gavira en 2018, relata el libro Licencia para robar: Segalmex: el hoyo negro que devoró a la 4T.
Ambos se vieron en la cantina La No. 20 de Polanco, localizada frente al Auditorio Nacional, en donde platicaron sobre sus glorias pasadas, los años que quedaron atrás, así como la relación de Ovalle con López Obrador desde los tiempos del Instituto Nacional Indigenista.

Ahí se sentó la base para que el clan de Ovalle se hiciera de las riendas de Segalmex, donde hubo fraudes, como la megaestafa de la leche, donde la Fiscalía General de la República (FGR) encontró en sus pesquisas que al menos mil 717 millones de pesos fueron desviados desde el inicio del sexenio hasta 2021 por parte de una supuesta organización delictiva conformada por René Gavira y Manuel Lozano Jiménez.
¿Cuál es la historia de la Cantina La No. 20?
Bajo un concepto inspirado en la comida tradicional mexicana, con una ambientación contemporánea, la Cantina La No. 20 abrió sus puertas en 2010 bajo la dirección de Alberto Cinta.
Entre los platillos del lugar, se hallan quesabirrias, con un precio de 220 pesos; tortas de cochinita, de 240 pesos; tacos cantineros, a 260 pesos; así como cortes Rib Eye de 940 pesos y Tomahawk, de 2 mil 900 pesos, entre otras opciones gastronómicas.

En cuanto a las bebidas y cocteles de esta cantina, que cuenta con sucursales en la CDMX, Guadalajara, Cancún, Miami, Metepec, Playa del Carmen y Monterrey, se hallan margaritas de distintos sabores, con un precio de 260 pesos; martinis de hasta 240 pesos; y clericot, por 480 pesos.
¿En qué consistió el fraude de Segalmex?
El fraude de Segalmex es considerado el mayor escándalo de corrupción del actual sexenio, involucra el desvío de entre 9 mil 500 y 15 mil millones de pesos, según distintas estimaciones oficiales y periodísticas. El organismo fue creado en 2019 para garantizar el acceso a alimentos básicos a precios justos en comunidades pobres, pero rápidamente se convirtió en un foco de irregularidades financieras, contratos inflados y compras inexistentes.
Las investigaciones periodísticas y de la Auditoría Superior de la Federación revelaron que el dinero fue desviado mediante contratos simulados, adquisiciones de productos que nunca se entregaron y sobreprecios millonarios, con complicidad de proveedores fantasma y funcionarios de alto nivel.
Pese a que el caso golpeó directamente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, este defendió a Ovalle, su antiguo mentor, bajo el argumento de que fue engañado por personas que metió a Segalmex.
“Ya estarán muy contentos tú y tu hermano de que voy a trabajar para su pinche ídolo”, dijo René Gavira a uno de sus hijos tras su reunión con Ovalle en la cantina La No. 20 en Polanco, cuentan Zedryk Raziel y Georgina Zerega.