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La subsecretaria de Educación Básica presentó la semblanza una mujer que se distinguió por su apoyo a los heridos de la revolución

Enfermera, escritora y feminista, Elena Arizmendi es ejemplo del humanismo mexicano

La subsecretaria de Educación Básica, Angélica Noemí Juárez Pérez, presentó durante la sección “Mujeres en la Historia” de la conferencia de prensa “La mañanera del pueblo”, la semblanza de Elena Arizmendi. Durante esta, se le destacó como un ejemplo del humanismo mexicano gracias al apoyo que le brindo a los heridos durante la Revolución y la defensa de los derechos de las mujeres.

Elena Arizmendi nació en la Ciudad de México el 18 de enero de 1884 en la Ciudad de México. Después de un matrimonio fallido, en 1901 decidió buscar su independencia económica e intelectual, la cual encontró en la enfermería.

Para 1909 ingresó en San Antonio, Texas, a la Escuela de Formación de Enfermeras, en donde conoció a Francisco I. Madero y su esposa, Sara Pérez. De ese encuentro surgió una profunda amistad de la su postura antirreeleccionistas la llevaron a unirse al movimiento maderista.

Tiempo después en abril de 1911, Elena Arizmendi dejó sus estudios para regresar a México e incorporarse a la atención humanitaria, en plena Revolución.

La atención por parte de la Cruz Roja era muy limitada para los revolucionarios que fueron heridos durante los enfrentamientos entre maderistas y federales en Ciudad Juárez. Debido a esto el 5 de mayo de 1911, Arizmendi fundó bajo el lema “Por la humanidad” una organización humanitaria denominada Cruz Blanca Neutral.

Después del triunfo de la Revolución Elena colaboró, hasta el golpe de Estado de Victoriano Huerta, con la Sociedad de la Cruz Blanca Mexicana, encabezada por Sara Pérez

En 1916 regresó a Estados Unidos en búsqueda de su independencia personal. Ahí dirigió una casa de huéspedes, impartió clases de música y se incursionó en el periodismo. Esto último la llevó en 1923 a unirse a la primera ola del feminismo en la región con la fundación de la Liga de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. La cual estaba destinada a defender el derecho al voto y la autonomía de las mujeres.

La Liga contaba con una revista mensual llamada Feminismo Internacional y era distribuida en Nueva York, en librerías hispánicas en las que se difundían reflexiones feministas de América Latina.

Arizmendi también se interesó en la literatura y escribió una novela titulada Vida incompleta. Apuntes sobre mujeres de la vida real.

En 1928, el gobierno de Plutarco Elías Calles impulsó una reforma al Código Civil para otorgar a las mujeres igualdad jurídica. Ante esto Elena Arizmendi demostró públicamente su respaldo a esta reforma y escribió en defensa de las mujeres: “No es justo que los revolucionarios mexicanos, después de gritar en un mitin o por la prensa ‘mueran los tiranos’, al llegar a su casa den una paliza a su mujer”.

Dos años después regresó a México y a pesar de que se alejo de las organizaciones feministas y de la vida pública, trabajo en mantener viva a la Cruz Blanca Neutral mediante de asistencia a la niñez.

Elena Arizmendi falleció a los 65 años en la Ciudad de México. Es recordada como una mujer que transgredió los espacios sociales y políticos de su época. Desde la atención directa a los heridos en batalla hasta la defensa de los derechos de las mujeres de América Latina, con la creación de redes feminista.

Por último Juárez Pérez comentó que la labor de Arizmendi inspiró incluso un corrido: el de la “noble jefa de la Cruz Blanca”, compuesto en 1911.

Entre sus versos se encuentra el siguiente: “La señorita Arizmendi oyó de la revolución. Y a sus amigas les dijo: soy mujer de corazón, me duele el alma pensando que ha de morir mucha gente y ha de haber muchos heridos, lanzando queja doliente. Voy a ofrecer mis servicios en bien de mis mexicanos y de todos los que sufran a causa de los tiranos”.

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