
Indristria del tabaco — Gerardo Villalobos y sus hijos, Carolina y Luis Gerardo, han convertido un proyecto en León en un movimiento que busca transformar una mentalidad generacional y recuperar el orgullo por lo hecho en México.
En el corazón de México hay frases que han marcado a generaciones enteras y que, lejos de impulsar, han frenado los sueños de miles de emprendedores. Una de ellas, repetida tantas veces que terminó por convertirse en un muro cultural, es aquella que sentencia que “el mexicano no compra al mexicano”. Detrás de esas palabras se esconde una idea peligrosa: la de que lo nacional no tiene el mismo valor, que la calidad se encuentra únicamente afuera y que lo propio puede ser regateado sin reconocer el esfuerzo ni el talento de quienes lo crean.
Hace cinco años, en León, Guanajuato, esa barrera comenzó a ser cuestionada por una familia que decidió dejar de repetir la frase y, en cambio, proponer un camino distinto. Gerardo Villalobos, junto con sus hijos Carolina y Luis Gerardo, fundó Mall Gran México Export, una plataforma digital que no nació como un simple escaparate para vender productos, sino como un espacio para cambiar mentalidades. El propósito era ambicioso y claro: enaltecer lo hecho en México, darle el lugar que merece y demostrar que el talento nacional no solo compite, sino que puede sobresalir en cualquier parte del mundo.
La familia entendió que el problema no estaba únicamente en la falta de oportunidades, sino también en la percepción colectiva. Durante años, muchos mexicanos han regateado a sus propios compatriotas mientras pagan precios elevados por productos importados, convencidos de que lo extranjero siempre es sinónimo de calidad. En ese contexto, Mall Gran México Export se presentó como una respuesta valiente, con la convicción de educar al consumidor y darle visibilidad a la riqueza de la tradición, la innovación y la creatividad mexicana.
El proyecto pronto se convirtió en algo más grande que un sitio web. A través de su plataforma, disponible en www.mallgranmexicoexport.com, los Villalobos han reunido una selección de productos que cuentan historias de artesanos, diseñadores y emprendedores que reflejan lo mejor de México. Cada pieza que aparece ahí es un testimonio vivo de lo que puede lograrse cuando se rompe con la idea de que lo local es menor. Es, además, una invitación a transformar la forma en que los mexicanos consumen y se relacionan con lo propio.
La revolución que proponen no es ruidosa ni agresiva, sino paciente, constante y profundamente significativa. Se trata de mostrar con hechos que los productos mexicanos tienen calidad, innovación y valor. Se trata de cambiar la mentalidad que por años restó brillo al trabajo de manos nacionales y de sembrar una nueva narrativa: una en la que lo hecho en México genera orgullo y se percibe como un símbolo de excelencia.
Gerardo, Carolina y Luis Gerardo no solo han construido una empresa; han forjado un legado que se transmite en cada historia y en cada producto que encuentra un espacio digno en su vitrina digital. Lo hacen con la certeza de que transformar una idea cultural requiere más que discursos: requiere acciones que inspiren a las nuevas generaciones. Por eso, su trabajo es también un mensaje intergeneracional, donde la experiencia del padre se une con la energía y visión de los hijos para formar un proyecto que mira hacia el futuro con determinación.
La unión familiar detrás de Mall Gran México Export es, en sí misma, un ejemplo poderoso. Es la prueba de que los grandes cambios empiezan desde lo más cercano, desde la decisión de creer en una causa común y trabajar juntos para construir algo que impacte más allá de sus propias vidas. En un país donde a menudo se cree que lo propio no basta, este proyecto levanta la voz para decir lo contrario: México sí puede, y los mexicanos sí pueden consumir, apoyar y enorgullecerse de lo suyo.
El camino recorrido hasta ahora ha demostrado que el cambio es posible. Cada vez son más las personas que descubren la plataforma y que, al hacerlo, encuentran no solo productos, sino también un sentido de pertenencia renovado. Cada compra se convierte en un acto de resistencia contra la idea del “no se puede”, y en un recordatorio de que apoyar lo nacional es también construir un futuro más justo y más orgulloso de nuestras raíces.
Este movimiento es un llamado a reconocer que las frases que nos limitan pueden ser reemplazadas por narrativas que nos impulsan. Que el muro del escepticismo se derrumba con acciones concretas y que, al final, lo que está en juego es algo más grande que una transacción: es la posibilidad de redefinir la identidad cultural y económica del país.
Mall Gran México Export no solo es un mercado digital. Es la expresión de una visión que busca recuperar el valor de lo nuestro y devolverle a México la confianza en su propio talento. Es una invitación a replantear la forma en que consumimos, en que nos vemos y en que valoramos lo que somos capaces de crear.
Lo que empezó en León como un sueño familiar hoy se proyecta como un movimiento nacional que inspira, que transforma y que, sobre todo, demuestra que la frase “el mexicano no compra al mexicano” ya no tiene lugar en la conversación actual. Porque cada historia que se suma, cada emprendedor que encuentra reconocimiento y cada consumidor que decide apostar por lo local son pasos firmes hacia un futuro donde el orgullo por lo hecho en México ya no sea un ideal, sino una realidad cotidiana.
La Crónica de Hoy 2025