Tony Gutiérrez fue la primera mujer mexicana en ser cabeza de una importante plaza para una aerolínea global fuera de su país de origen. Ella fue nombrada directora para México de American Airlines y su liderazgo permeó de una manera significativa, al grado que muchas mujeres de esa y otras empresas del sector aéreo ha seguido sus pasos, inspiradas en un ejemplo que -por muchos motivos- debe quedar siempre en la historia de la aviación mexicana.
Por eso es muy importante que la Cámara Nacional del Transporte Aéreo (Canaero), cuya directora, Diana Olivares, es también pionera en el liderazgo del sector al encabezar esta agrupación donde se suman la mayoría de las empresas aéreas que operan en México, haya establecido desde hace 3 años la presea “Tony Gutiérrez” para reconocer a las mujeres que destacan en el mundo de la aviación en este país.
Es cierto que la incorporación de las mujeres a la industria de transportación aérea ha sido lenta y paulatina, pero desde los inicios de la aviación -tanto en el mundo como en nuestro país- siempre ha existido la presencia significativa de mujeres que le han dado impulso a la actividad aérea.
Recordemos, por ejemplo, a Bertha Cerón que más que aviadora fue instructora, formadora de muchos aviadores y eso es tanto o más significativo que una de las muchas hazañas que lograron grandes hombres de nuestra aviación nacional.
Como sería muy difícil nombrar a todas las mujeres que han incursionado en la industria -y ahora ya son miles en todo el espectro que conforma el sector aéreo y aeroespacial- es suficiente con decir lo que ayer quedó de manifiesto en la ceremonia donde la presea Tony Gutiérrez se le entregó a Arely Velasco Muñoz, Coordinadora de Ingeniería de Operaciones de la carguera mexicana MAS, es que poco a poco, las mujeres van ganando un espacio que enriquece grandemente a nuestra industria.
Es importante decir que aún estamos muy lejos de las metas que tanto la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se han planteado. En el primer caso un 25% de directivas para el 2025 en las empresas aéreas, en el segundo, 50/50 de hombres y mujeres en distintos cargos para el 2030.
No obstante, sin esos objetivos -tan ambiciosos y tan inspiradores-, no se hubiera avanzado mucho. Aun cuando estemos lejos ya estamos más cerca y la calidad de mujeres como las que fueron nominadas al premio Tony Gutiérrez, la propia presidente de Canaero y la directora de IATA México, Cintya Martínez, organizadoras del evento, y muchas más que todos los días trabajan con profesionalismo y eficacia en ingeniería, control de tránsito aéreo, tripulaciones, operaciones, mantenimiento, diseño de motores, desarrollo de nuevos productos, administración, sistemas y un largo etcétera, son una muestra palpable de la emergencia de una nueva cultura incluyente y de muy alta calidad, con liderazgos colaborativos, con ejemplos de continuo aprendizaje y mayores retos.
El ejemplo de Tony ha fructificado en muchos sentidos. El saber que muchas mujeres están hoy en puestos directivos de aerolíneas, de organismos regulatorios, de servicios y de empresas de manufactura y diseño de la industria aeroespacial, es una manera de honrar su memoria. Celebremos su vida.