En el primer trimestre de 2024 en México se registraron 31 millones de personas jóvenes. Las edades comprendían ente 15 y 29 años. Esta cifra representa el 23.8 % del total de la población de 129.7 millones habitantes en el país.
Hoy hay más mujeres con un 51.1% frente al 48.9% de hombres. En este informe del INEGI, el grueso de esa población ronda entre los 15 y 19 años con 35.8% y como es de suponer el rango de escolaridad se concentra en Educación Media Superior, es decir el Bachillerato; 60 cada 100 personas jóvenes cuentan con estos estudios; 37 tienen educación básica; 2, superior y la o el restante carece de escolaridad.
Como ya hemos mencionado en este espacio, este sector es poblacional también de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2023 del mismo instituto, en 2023 el 96.7% de las personas de 18 a 24 años usan internet: el grupo de 12 a 17 años también tuvo una participación del 92.4%.
En cuanto a los usos de internet, en 2023 se usó con más frecuencia para comunicarse (93.3%), acceder a redes sociales (91.5%) y entretenimiento (88.1%). Por lo que hoy existe una gran desafío ante los contenidos en los medios digitales, como la televisión y las redes sociales, pues a menudo buscan aumentar sus ratings y audiencia mediante la cobertura sensacionalista de la violencia. Esto puede crear una percepción distorsionada de la realidad y contribuir a la normalización de la violencia.
La sobreexposición de imágenes y contenido gráfico de la violencia puede tener un impacto negativo en la salud mental de las personas, especialmente en niñas, niños y adolescentes; y pueden influir en la opinión pública y moldear su percepción. Esto puede llevar a la estigmatización de ciertos grupos o comunidades.
Glorificar la violencia presentándola como una forma de resolver conflictos o como una forma de entretenimiento, legítima a la injusticia o a la opresión. La normalización de la misma, con la repetición constante de imágenes y contenido violento en los medios electrónicos puede contribuir a la expansión de actos violentos en la sociedad.
Existe un gran desafío para la regulación en los medios electrónicos especialmente en la era digital, donde la información corre rápidamente a través de las redes sociales.
Hablando de jóvenes, es importante educar a la esta población sobre los efectos negativos de la violencia, en su lugar, deben fomentarse contenidos positivos y constructivos que fomenten la paz, la tolerancia y el respeto a la diversidad.
En la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México hemos comenzado a construir y fortalecer el modelo que prioriza la justicia social y el respeto a los derechos humanos, trabajamos sin detenernos para que la procuración de justicia, no sea una herramienta represiva, sino un pilar de construcción de paz y equidad.
Éste año salimos con los “Jóvenes por la justicia” a las escuelas de educación media superior para impartir conferencias, acercando los temas de justicia penal a estudiantes. El propósito era hacer ver que el Derecho no solo es asunto de abogados. Fomentamos una cultura de paz, con la firme convicción de que con ella podemos cimentar una sociedad cada vez más informada y exigente sobre sus derechos.
Además, implementamos enfoques basados en datos y evidencias que nos permiten asignar recursos de manera más eficiente para prevenir y combatir la violencia delictiva.
Mediante estos esfuerzos, hemos demostrado que es posible caminar hacia un modelo económico y social con rostro humano, donde las instituciones sean vehículos de transformación y no perpetuadores de desigualdad.
Es hora de desmontar el mito histórico de que la violencia es inherente a nuestra esencia. Por ello, gobierno y sociedad debemos generar una contracampaña permanente de No al Uso de la Violencia en la solución de conflictos empezando por la familia. Esto nos impone una gran responsabilidad: construir una sociedad donde la paz y la justicia sean nuestras máximas prioridades.