Opinión

Dibuja a un científico(a)

Mujeres científicas

Escribo este editorial el día internacional de las niñas y mujeres en la ciencia, después de haber revisado un artículo muy interesante publicado hace pocos años sobre el desarrollo de estereotipos en los niños a lo largo de las décadas. El estereotipo en los niños es muy importante porque desde pequeños pueden o no identificarse con la imagen de cierta profesión, lo que puede promover o bloquear el deseo o interés de inclinarse por una carrera. En Estados Unidos tienen varios estudios que han realizado diferentes grupos a lo largo de cinco décadas que se denominan “Draw-A-Scientist”. A niños desde preescolar hasta los 17 años, sin más explicación, les piden que dibujen a un científico, con la ventaja de que en el inglés, la palabra Scientist no denota sexo masculino o femenino.

El artículo que menciono, publicado en la revista Child Development, es un metaanálisis de 78 estudios de este tipo realizados a lo largo de cinco décadas, que incluyen una población total de 20,860 niños. En los años 60-70s, menos del 1 % de los niños dibujaban un científico como mujer. Este porcentaje ha aumentado para la década pasada, en la que alrededor del 34 % dibujan una mujer científica y se incrementa todavía más cuando se analizan solo los dibujos de las niñas. Es interesante, sin embargo, el porcentaje de niños que dibujan una científica es mayor en las edades preescolares y de primaria, que en los años de secundaria y preparatoria. El trabajo concluye que ha cambiado la percepción de los niños sobre el sexo del científico, de ser originalmente solo hombres, ahora con mucha más frecuencia los niños perciben al científico como mujer. Pero, por alguna razón, hacia la adolescencia aún hay mayor tendencia a considerar al científico como hombre.

En las últimas dos décadas el porcentaje de mujeres en la ciencia ha crecido en forma muy importante. En mi ambiente de trabajo hoy en día hay más mujeres que hombres. Yo diría, sin temor a equivocarme por mucho, que debemos de andar por un 55-60 % mujeres y 40-45 % hombres. En los programas de televisión y en cine cada vez es más frecuente ver científicas y eso ayuda mucho a la eliminación de estereotipos.

Me ha tocado vivir ese cambio y ser partícipe del mismo. Cuando inicié la Unidad de Fisiología Molecular en 1994, yo era el único miembro. A treinta y un años de distancia, la Unidad tiene en este momento 29 mujeres, de las cuales nueve son investigadoras con base y dos técnicas académicas, el resto son estudiantes. De hombres, somos 19; solo uno es investigador (yo) y los demás, estudiantes. De las 17 tesis doctorales que he tenido el privilegio de dirigir, once fueron realizadas por mujeres y seis por hombres (65 vs. 35 %).

Algo parecido está sucediendo en la medicina. Paulatinamente, los grupos de estudiantes de medicina han pasado de tener noventa por ciento de hombres (cuando yo estudié), al momento actual en los que el porcentaje de mujeres en los grupos de las escuelas de medicina asciende hasta el 70 %. Según las proyecciones, esto va a seguir creciendo y va a llegar un momento en que el 99 % de las generaciones en medicina serán mujeres. Para la segunda mitad del siglo el concepto de “el doctor” será suplantado por “la doctora”.

Todavía falta mucho, por supuesto, pero si a los niños de ahora que les piden “Draw-A-Scientist” dibujan cada vez con más frecuencia indistintamente un hombre o mujer, sugiere que el estereotipo de científico como hombre se ha reducido considerablemente.

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