Opinión

Trump, como Nerón, prende fuego al imperio

Donald Trump
Donald Trump presidente de EU

Ignoro si tiene fundamento histórico que Nerón, el emperador, tocara la lira mientras Roma se consumía entre las llamas, pero ese gesto de autodestrucción del imperio ha sido replicado docenas de veces para explicar, tratar de hacerlo, por qué Donald Trump le quiere prender fuego a lo que queda del imperio yanqui y cuál es su plan una vez que todo quede en cenizas.

Hay señales nítidas de que la guerra arancelaria no tendrá ganadores. Algunos perderán más que otros, pero nadie quedará mejor parado. Las bolsas en el mundo tienen varios días en caída vertical y nadie atina a proponer una fórmula para detener las pérdidas billonarias.

Lo malo es que todavía, según algunos analistas, no hemos visto todo porque Trump, enojado porque China le pagó con la misma moneda, o sea elevando aranceles, ahora quiere subir los impuestos al dragón chino por arriba del cien por ciento. Trump quiere pegar y que los países agredidos pongan la otra mejilla, lo cual es un disparate colosal. Dicen los especialistas que estamos ante el inicio de un nuevo orden mundial que por lo visto no augura nada bueno.

¿Hay alguna oportunidad de inyectarle algo de sensatez al caos? Desde luego que sí, pero Trump no escuchará a líderes internacionales, ni siquiera organismos globales. Hay la posibilidad de que Trump escuche a la comunidad empresarial de Estados Unidos, en particular los que dieron dinero a su campaña comenzando por Elon Musk, cuyas empresas están perdiendo valor accionario minuto a minuto. Los empresarios conservadores de EU, comenzando por los gigantes tecnológicos que acompañaron a Trump es su toma de posesión, tienen la palabra.

Ser conservador no significa disfrutar la autoflagelación en nombre de un futuro prometedor. Es extrañísimo que los ricos-ricos se quieran sumar al cambio de orden mundial, porque precisamente el anterior orden los hizo megas millonarios, no tiene lógica que intenten cambiar las reglas de un juego que los beneficio hasta el hartazgo.

Claro que hay muchas cosas que se deben cambiar y es cierto que China es un jugador que abusa de todos, pero hay que dar tiros de precisión y no soltar escopetazos que lastimen a todos. Cambiar el viejo orden por un populismo autoritario que coquetea con el fascismo no es una buena idea, porque su objetivo no es la generación de riqueza, sino la concentración del poder que no es lo mismo.

Las bolsas siguen cayendo ante la confusión reinante. Voces de líderes empresariales le piden al gobierno norteamericano una pausa arancelaria de 90 días, para darle otra pensada a la estrategia e instrumentarla de mejor manera. El principio de trumpista que pega primero y luego negocia no funcionó. Por principio de cuentas en la Casa Blanca tiene que permear una verdad de a kilo. Para encarar del desafío chino con posibilidades de éxito Estados Unidos requiere de la ayuda de sus socios comerciales México y Canadá. Si considera enemigos a México y Canadá estos países serán aliados de China y el fin del imperio yanqui tocará a la puerta.

EU necesita a Canadá y México en todos los órdenes, comenzando por la seguridad y claro el comercio, pero también en turismo, ya que ocupan el 1-2 en número de viajeros que visitan los Estados Unidos. Cerca de 40 millones de visitantes sumando los turistas de ambos países. Los mercados ya dieron su veredicto, es momento de que las personas se pronuncien. Elon Musk ya dijo que lo mejor sería una tasa cero entre Estados Unidos y Europa y dentro del Capitolio ya hay grupos de legisladores que se organizan para detener a Trump. Grupos encabezados por legisladores republicanos.

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