
¿Qué es BRICS?
Se trata de un grupo de países a los que se les reconoce como economías emergentes, de tal manera que su alto Producto Interno Bruto (PIB) los puede llevar a que sus determinaciones políticas y monetarias tengan un impacto mundial. Esos países, como determinó Terence Jim O´Neill a principios de este siglo, un economista británico, jefe de Investigación Economíca Global del Banco de Inversiones Goldman Sachs, eran Brasil, Rusia, India, y China. En 2011 Sudáfrica se unió a los BRICS, pues junto con las otras naciones mencionadas posee un enorme potencial económico, grandes extensiones de territorio y vasta población. En las naciones mencionadas se aglutina el 43% de habitantes en el mundo.
Cada año, BRICS, desde 2009, se reúne con la idea de crear estrategias de comercialización entre ellos y abrigan el propósito de reducir su dependencia de los Estados Unidos y de la Unión Europea. En este sentido, han propuesto la creación de una reserva de monedas extranjeras, la fundación del Banco de los BRICS (Nuevo Banco de Desarrollo) para sustituir el Fonde Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), ambos sujetos a otros países y, especialmente, a los Estados Unidos.
A raíz de la invasión rusa en Ucrania, los miembros de este bloque no han querido darle préstamos a Rusia, pero tampoco se han pronunciado en contra de la Rusia de Putin. Entre tanto, Rusia y China han afianzado su relación.
En octubre de 2024, en Kazan, Rusia, durante la reunión de BRICS, se unieron otros seis países al grupo económico y político, Egipto, los Emiratos Árabes, Etiopía e Irán. Ahora BRICS es BRICS+
Sin pertenecer al bloque 13 naciones más participan de las reuniones anuales, a partir de enero de 2025: Argelia, Biolorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda, Uzbekistán y Vietnam, que ahora tienen acceso a beneficios económicos estratégicos, sin ser miembros con plenos derechos. El hecho es que BRICS+ es una alternativa a las economías de Occidente.
Existe diálogo entre el bloque y México, auspiciado por Brasil y Rusia. En 2022 se lo propusieron al ex presidente López Obrador y él aseguró que su prioridad era la relación comercial y política con los Estados Unidos y Canadá, sus principales socios.
El 5 de julio pasado, el canciller Juan Ramón de la Fuente llegó a Río de Janeiro, en representación de la presidente (A) Claudia Sheinbaum, para asistir a la Cumbre de los BRICS+.
Entre las fotografías que se tomó el canciller mexicano, aparece en una saludando de mano, muy sonriente, al ministro ruso de exteriores, Serguei Lavrov, que lleva casi dos décadas continuas en el puesto.
Lavrov es considerado como el cómplice de la política exterior violenta del terrible Vladímir Putin. Lavrov, en 2012, fue a Siria para reafirmar el apoyo de Rusia al derrocado Bashar al-Assad. También ha propuesto que Ucrania sea un estado no alineado, oferta que Kiev entendió como el “desmembramiento y la destrucción del Estado ucraniano.” Lavrov está en contra de la expansión de la OTAN hacia el Este . También declaró, el 25 de febrero de 2022, que Putin había ordenado la invasión a Ucrania “para liberar a los ucranianos de la opresión”. Sus comentarios son muy desafortunados, como el de que la guerra en Ucrania “fue lanzada contra nosotros (los rusos)”. Cree que debe construirse un “nuevo orden mundial”, inclinado hacia el Este, y ha contribuido a la absurda idea de que los ucranianos están nazificados, cuando el presidente Zelensky es judío. En fin, saludarlo con una sonrisa para la foto resulta bastante indigno. Pero, por otro lado, hago memoria de los bots de la 4T que en las redes se burlan de los que apoyamos a Ucrania y pienso en la enorme cantidad de espías rusos que viven en México, asunto documentado por la gran periodista sonorense Dolia Estévez, y en que Andrés Manuel López Obrador dio una entrevista para la estación rusa de televisión en México, RT en español. Lo entrevistó Inna Afinogenova, quien fuera subdirectora de RT en español y luego renunció en 2022 por desacuerdo con la invasión rusa en Ucrania. La entrevista con López Obrador se encuentra en YouTube.
El horror que domina al país.-
Según Amnistía Internacional, en México hay 130 mil personas desaparecidas que no han sido encontradas.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en promedio, cada 8 horas es asesinado un menor de edad a manos del Crimen Organizado.
Ante el asesinato en Sonora de una mujer y sus tres hijas de nueve y once años, dos de ellas gemelas, la presidente (A) Claudia Sheinbaum dijo en la Mañanera del Pueblo que prefería no comentar el suceso porque no quería que se politizara, mientras muchos mexicanos nos encontramos estremecidos por el brutal crimen. ¡Por todos los dioses habidos en el mundo, qué se puede politizar de semejante monstruosidad!
Los trabajadores del IMSS Bienestar.´
Mientras la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, puede crear un absoluto caos en la Ciudad de México, a la que mantuvo secuestrada hace unas semanas y las autoridades no los tocan ni con el pétalo de una rosa, los trabajadores del IMSS Bienestar, en la misma metrópoli, protestaron por falta de pagos e insumos, además de carencia de medicamentos. Por ellos, fueron replegados por la policia.
Progom en la Condesa.-
¿Qué dicen ustedes del progrom de extranjeros en la Colonia Condesa, bajo la consigna de estar en contra de la gentrificación de esa colonia? Se dice que la jefa de gobierno de la ciudad de México, Clara Brugada, movilizó a sus porros en contra de Alessandra Rojo de la Vega del PRI, alcaldesa de la Delegación Cuauhtémoc, para que actuaran como dementes vandalizando comercios y con pintas contra los estadounidenses. Como explicó Sergio Sarmiento en su editorial de Reforma del miércoles: “…los migrantes digitales han generado empleos y prosperidad que se han extendido a colonias vecinas”. Como sabe, varios estadounidenses que trabajan digitalmente se han mudado a la ciudad de México porque les gusta. Y sí, pagan menos renta que en la ciudades de Estados Unidos. Pero algunos mexicanos se han vuelto, o siempre lo han sido, xenófobos.