Opinión

La fidelidad en extremo

La presidenta Claudia Sheinbaum saluda ante un Zócalo lleno en el marco de su rendición de cuentas de su primer año de gobierno.

Impulsados por un deseo absolutamente desinformado muchos murmurólogos, seguros de su corazonada (no de ninguna otra cosa), dijeron y repitieron: este domingo marcará el inicio real del gobierno de la presidenta Sheinbaum (con A), lejos de la perniciosa influencia (para ellos) del señor de Palenque.

Allá en la tranquilidad del trópico cálido, húmedo y selvático, el creador de todas las cosas en el universo paralelo de Morena simplemente sonreía con socarronería, como ya se sabía, por vida mía. Pensar algo más es una fantasía.

Ayer escribí aquí:

“…Algunos apuestan por un mensaje de distancia con el fundador, cuyos alfiles han sido ya derrotados uno tras otros en medio de escándalos imposibles sin suministro de información (Barredora, opulencia, frivolidad nipona, huachicol fiscal, etc.) desde áreas de inteligencia. Pero una cosa es derribar alfiles y otra sofocar al rey.

“Yo, personalmente, dudo de tan (por muchos) anhelado rompimiento. Tanto como dudaba de una arenga a la IV-T.1-P. en el grito de Independencia útil nada más para la feminista soltería de doña Josefa (nada de corregidora; el cargo era del marido)”.

Doña Josefa y el nombre histórico. Andrés López, sin divorcio político.

Ayer ante el colmado Zócalo de la ciudad de México, propiedad absoluta de Morena (y el Bloque Negro); dijo la última palabra en este asunto:

“…Se han empeñado en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación; que nos dividamos.

“Pero eso no va a ocurrir, porque compartimos valores: honestidad, justicia y amor al pueblo de México.

“Porque compartimos proyecto: el Humanismo Mexicano y porque no llegamos al gobierno solo para administrar, llegamos para seguir transformando la Nación para el bienestar del pueblo.

“Andrés Manuel López Obrador fue, es y será siempre un ejemplo de honradez, de austeridad y de profundo amor al pueblo de México. Nunca se rindió ante la presión, nunca se vendió a los poderosos, nunca se apartó de sus principios.

“Y escúchenlo bien: su Presidenta, tampoco lo hará, porque tenemos convicciones, tenemos principios…”

Pero antes, hace cosa un mes escribí también:

“Claudia Sheinbaum no se quiere disociar de Andrés López porque su doctrina es parte importante de su vida pública y personal. Sería renegar de parte de sí misma: la formación, la solidez de su personalidad, ya no digamos su actual (y única) ideología.

“Su activismo alharaquiento de la juventud estudiantil y hasta de infancia (protesta quinceañera por Vietnam), no tenían estructura. Eran protestas a la moda con sucesivos pliegos petitorios del estudiantado rebelde con pocos beneficios y nada más.

“Pero con Andrés todo fue distinto: la actividad política y administrativa (supervisar el Segundo Piso. p.ej.) tenían una finalidad: llevar esa ideología (o esa fraseología), al poder.

“CSP no conoce otra política ni aspira a otra misión. Esta es la cima de su vida. La 4-T es SU movimiento, SU ideología. No le es fiel a López. Es fiel a su propio dogma.

“Imposible siquiera pensar en apartarse de la 4-T y su fundador, quien ha sido su jefe y su amigo (¿por qué, para qué?); si fue su mentor cuando lo necesitaba, su formador insustituible en las luchas políticas.

“El “Complejo de Prometeo” (desafiar a los dioses, matar al padre, según Gastón Bachelard y otros) no existe para quien ha sido formada en otra disciplina de pensamiento: la suprema misión, la causa perfecta.

“Nunca va a romper, aunque se conceda un intrascendente asomo de originalidad”.

El resto de la mañana, el hastío de la auto celebración, la autopromoción, la autopublicidad ya conocida. El resto, el diseño de un futuro distante.

La presentación de planes, ideas perfectas en el reino del anuncio. En los planos y en los planes, como en las maquetas, nadie se equivoca. Todo es perfecto en el diseño del futuro.

En pocas palabras, el espectáculo de ayer, sin nadie groseramente dándole la espalda, fue mitad un refrito y la otra mitad una ilusión reiterada.

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