
Creo que a todos los que seguimos la NFL nos sorprendió la manera tan sencilla en que los Cardenales derrotaron a los Vaqueros, y en su casa, en Dallas. Sin embargo, no perderemos el tiempo hablando de la desgracia de los “juguetes” de Jerry Jones, sino de algo que se comentó durante la transmisión y que tiene que ver con el desempeño ofensivo de los pájaros rojos, y me refiero específicamente a la manera en que el ataque es comandado por Jacoby Brissett, ese quarterback trota equipos que con Arizona ya suma seis conjuntos en su haber (Nueva Inglaterra, Indianapolis, Miami, Cleveland, Washington y Arizona).
El equipo se ve asentado y ordenado, y la pregunta es: ¿alguien se ha acordado estas últimas semanas de Kyler Murray, el supuesto mariscal de campo titular indiscutible de los Cardenales?
La respuesta puede ser sorprendente, pero quizá es no. Y es que durante la transmisión trascendió que muchos de los jugadores ofensivos de Arizona se sienten más a gusto y enfocados con Brissett que con Murray; y la verdad no sólo son declaraciones o palabras al aire de algunos cuantos, pues es algo que se aprecia en la manera en que juega esta ofensiva.
Es cierto que Murray es un espectáculo por su indudable chispa y elusividad, pero se quiera o no aceptar, los jugadores se ven más enfocados y en ritmo con Brissett que con Murray. Con Jacoby se aprecia calma y ejecución, con Kyler pareciera que siempre existe un nerviosismo constante, como jugando contra reloj.
Un comentario como ese, salido del vestidor, en el que prefieren al sustituto que al estrella titular, habla mucho de hacia donde podría moverse el equipo en un momento determinado, dejando a un lado jerarquías.
Y SE QUEDÓ EN PROMESA
Es verdad que Murray es un fenómeno, un gran jugador, no en vano fue primera selección colegial global en 2019, ¿pero qué sucede si en verdad no hace click con sus compañeros, no los enciende y no los motiva a dar su máximo en el campo? Quizá es momento de hacer un cambio por drástico que éste parezca.
A simple vista parece una locura, pero no lo es si se compara con otros movimientos en la historia, ya sea remota o reciente. Quizá el único inconveniente sea el tema del dinero comprometido.
Y es que vayamos por partes, Murray, desde que llegó a la Liga, sólo ha tenido una campaña ganadora (2021) y sólo ha jugado un encuentro de playoff, que por cierto fue muy malo y aún se rumoran tantas cosas extrañas de ese encuentro como que estaba muy nervioso y por eso se desempeñó tan mal.
Murray ha sido muy inconsistente, y sin embargo la directiva le ha pasado mucho por alto; no hay que olvidar que Murray fue una de las principales razones para que corrieran al coach Cliff Kingsbury (una brillante mente ofensiva). Fue de esos casos en que la estrella del equipo pesa más que el entrenador en jefe. Y bueno, es comprensible desde el punto de vista mercadotécnico: Kyler vende más boletos y atrae más afición que un coach.
No obstante, el que los jugadores hayan salido a decir que prefieren trabajar con Brissett habla mucho de lo que sucede dentro.
Por tal razón, no me sorprendería que quizá al final del año Arizona busque negociar a Murray; después de todo ha sido un jugador propenso a lesiones, y como apuntábamos quizá el tema delicado sea su enorme contrato y saber si existe un equipo que lo quiera absorber.
NO ES LA PRIMERA VEZ
Pero bueno, eso no debe ser problema, porque si existe un equipo esta urgido de mariscal de campo, por supuesto que lo pagara, como sucedió con Denver cuando Seattle se deshizo de Russell Wilson en 2022. Wilson quería 245 mdd, Seattle se los negó, pues ya habpia cierta fricción con el coach Pete Carroll.
Los Broncos, necesitados de un pasador, se hicieron cargo de una extensión de contrato de Wilson por 245 mdd por 5 años y 165 mdd garantizados , mismo que a la postre debieron comérselo, pues lo cortaron un vez que el coach Sean Payton llegó y dijo que no contemplaba a Wilson en sus planes.
Murray firmó un acuerdo de 230 mdd por cinco años (con 160 mdd garantizados) y que comenzó a correr a partir de 2023, es decir, termina en 2028; equipos que lo podrían jalar son varios, comenzando por Nueva Orleans, Nueva York Jets y hasta Miami.
Y es que el problema para el señor Michael Bidwill, propietario del equipo, y el coach Jonathan Gannon, es que si el equipo continua progresando con Brissett ¿cómo van a convencer a un grupo de jugadores de aceptar a Murray? Es difícil.
Si alguien lo duda, tenemos el ejemplo reciente en Cincinnati, donde algunos jugadores han dicho que se sienten muy cómodos con la manera de jugar de Joe Flacco, o que decir de aquel lejano 2006 en Filadelfia, cuando Jeff Garcia suplió al lesionado Donovan McNabb. Varios elementos señalaron que les gustaba más la manera de conducir la ofensiva por parte de Garcia. Bueno, de hecho Jeff los llevó hasta el playoff divisional.
OTRO ACERTIJO DETRÁS DEL CENTRO
Y ya que hablamos de esos jugadores que se vuelven incómodos por su contrato y quizá han cumplido su ciclo, quien mejor que Tua Tagovailoa con Miami. Nadie acepta tal idea en las oficinas de los Delfines pero es un hecho que el zurdo no los llevará más lejos. Los 212 mdd que le dieron por cuatro años en 2024, y expiran en 2028, ya no pueden justificar más su estancia. Al igual que Murray, Tagovailoa tal vez saldrá de la Florida, aunque con menos posibilidades de encontrar un conjunto dispuesto a cargar con su sueldo por aquello de su fragilidad.
De hecho, me atrevo a pensar que hasta Kyler podría tener un nuevo inicio en equipos como Miami o Nueva York Jets, no así Tua, quien también ha enfrentado comentarios en contra dentro de su equipo como las declaraciones del receptor Tyreek Hill, quien ha sido enfático en que señalar que no gusta mucho del estilo de Tagovailoa.
Bueno, Hill debería saber a estas alturas que Tagovailoa no es Mahomes, pero él decidió cambiar por unos cuantos millones de dólares a un quarterback por otro.
Con todo lo anterior concluyamos que deshacerse de un estrella o supuesta cara de un equipo no siempre es malo.
Dallas lo demostró en su momento, hace casi 40 años, cuando intercambió al estelar corredor Hershell Walker a Minnesota por una cubetada de selecciones colegiales condicionadas de manera mañosa, algo que ahora intenta repetir con la salida de Micah Parsons a Green Bay.
Arizona, si se aviva, podría sacar un gran provecho de un intercambio por Murray; en cuanto a Miami dudo que lo pueda lograr con Tagovailoa. Lo cierto es que el desierto de Phoenix ya no es lugar para un pájaro rojo que creyó volaría muy alto en el sol de Arizona.