
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo supervisó este fin de semana los avances en la construcción del Centro de Educación y Cuidado Infantil (CECI) de Paraje Oriente, en Ciudad Juárez, Chihuahua, como parte de su agenda de trabajo. Este centro, que se inaugurará en 2026, está diseñado para atender a 250 niñas y niños, desde los 43 días de nacidos hasta los cuatro años. Forma parte de una iniciativa nacional sin precedentes, que busca edificar mil centros similares en todo el país durante este sexenio, con el objetivo de duplicar la cobertura de cuidado infantil. La creación de estos centros es la respuesta a una demanda histórica de las mujeres trabajadoras, particularmente de aquellas que han formado parte del movimiento sindical en México. Desde los primeros años del Instituto Mexicano del Seguro Social, las mujeres han luchado por la posibilidad de dejar a sus hijos en un lugar seguro mientras desempeñaban sus actividades laborales.
El CECI de Paraje Oriente es más que un simple centro de cuidado: es un reflejo de una política pública que busca transformar las condiciones de trabajo y la organización social del cuidado infantil en México. Con instalaciones modernas, personal capacitado y entornos diseñados para garantizar la seguridad y el desarrollo integral de las niñas y los niños, estos centros se posicionan como un pilar fundamental en la creación de condiciones equitativas para las madres trabajadoras. Además, proporcionan un espacio donde las infancias no solo son cuidadas, sino también estimuladas en su desarrollo físico, emocional y cognitivo desde sus primeros días de vida.
Para las madres, el acceso a estos centros representa una oportunidad invaluable para integrarse al mercado laboral con la tranquilidad de que sus hijos están en buenas manos. La posibilidad de dejarlos en un lugar seguro y adecuado no solo favorece la independencia económica de las mujeres, sino que también les otorga una mayor autonomía sobre su vida. Esto no solo impacta positivamente en su estabilidad económica, sino que también fortalece su sentido de realización personal y bienestar psicológico, al permitirles equilibrar su rol como madres y como trabajadoras sin sacrificar ninguna de las dos facetas.
Los beneficios para las niñas y los niños son igualmente significativos. La separación temporal de sus madres en un entorno estructurado y estimulante fomenta su autonomía y les ayuda a desarrollar habilidades sociales esenciales para su integración en la sociedad. El contacto constante con otros niños y adultos les permite aprender a compartir, cooperar y resolver conflictos, mientras asimilan valores como la responsabilidad y el trabajo en equipo. Esta experiencia no solo contribuye al desarrollo de sus capacidades cognitivas, sino también a su formación como individuos más seguros y resilientes.
Asimismo, la socialización que se da en estos centros juega un papel fundamental en el desarrollo emocional de las infancias. A través de un ambiente seguro y estimulante, los pequeños fortalecen sus habilidades de comunicación, lo que contribuye a un mejor comportamiento y a un mayor bienestar psicológico. El acceso temprano a este tipo de cuidado ha demostrado ser crucial para el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas que les serán útiles en su vida adulta, favoreciendo una transición más equilibrada al sistema educativo formal.
La creación de estos centros es, en este sentido, un acto de justicia social. Reconocer la importancia de las labores de cuidado infantil es un paso fundamental para transformar la estructura laboral y social de México. Los CECI, por lo tanto, no solo representan un beneficio directo para las madres y las niñas y los niños que acceden a ellos, sino que constituyen una pieza clave en la construcción de un país más equitativo, en el que las mujeres puedan incorporarse al empleo sin renunciar al cuidado de sus hijos y, al mismo tiempo, las infancias puedan desarrollarse en un entorno que favorezca su crecimiento integral.