
El cierre de 2025 deja una política monetaria que avanza, pero sin convicción. De acuerdo con Banco de México, que encabeza Victoria Rodríguez Ceja, la tasa de referencia se ubicó en 7% tras un nuevo recorte de 25 puntos base, aun cuando la inflación mostró repuntes recientes. El mensaje implícito es preocupante: el banco central privilegia sostener la actividad económica aun a costa de asumir riesgos inflacionarios latentes.
El documento sobre tasas reconoce que la convergencia a la meta de 3% se proyecta hasta 2026 y depende de supuestos optimistas: ausencia de choques arancelarios, estabilidad cambiaria y disciplina fiscal. Cualquier desviación —particularmente desde Estados Unidos— podría revertir el avance logrado. Además, el ciclo acumulado de recortes, superior a 400 puntos base, ya erosionó el diferencial de tasas que sostuvo al peso, sin que existan garantías de crecimiento robusto.
El balance es claro: el beneficio de tasas más bajas se agota, mientras los riesgos aumentan. La política monetaria entra en una zona incómoda, donde recortar más podría alimentar volatilidad cambiaria y pausar demasiado podría asfixiar una economía que no despega. La ventana de maniobra se estrecha.
ANALISIS.- El Boletín Mensual de BBVA Research, que difrige Carlos Serrano confirma una realidad menos optimista de la que presume el sistema bancario: fortaleza financiera, sí, pero a costa de menor dinamismo. La captación de hogares se desacelera, reflejo de un ingreso presionado y de un consumo que avanza más rápido que el ahorro. El crédito al consumo y a la vivienda muestra señales de enfriamiento que anticipan un 2026 más retador.
Si bien los indicadores de capitalización y liquidez permanecen sólidos, el documento de BBVA advierte que la intermediación comienza a perder tracción. La banca enfrenta un dilema: mayor prudencia crediticia reduce riesgos, pero también limita el crecimiento en una economía que necesita financiamiento productivo.
El problema no es sistémico, pero sí estructural. Con bajo crecimiento económico, alta informalidad y creciente incertidumbre comercial, la banca corre el riesgo de convertirse en un sector defensivo, rentable pero poco transformador. La solvencia no sustituye al dinamismo.
RETIRO.- La posible salida de AT&T de México, que dirige Monica Aspe evidencia que el mercado de telecomunicaciones no ofrece retornos atractivos para jugadores globales. La lectura bursátil puede ser positiva, pero el trasfondo es negativo: alta regulación, competencia intensa y márgenes comprimidos. La eventual venta no es una apuesta por crecimiento, sino una retirada ordenada. El sector se encamina a una consolidación forzada más por desgaste que por visión estratégica.
TEMORES.- La Encuesta de Visa revela una paradoja inquietante: mientras el consumidor mexicano adopta inteligencia artificial para comprar, su preocupación por fraudes y robo de datos alcanza niveles récord. Más de 80% manifiesta temor por la seguridad digital, un dato que cuestiona la efectividad de los sistemas actuales. Visa advierte que la innovación avanza más rápido que la protección. Para comercios y plataformas, el riesgo es claro: sin confianza, la digitalización pierde valor. La seguridad deja de ser complemento y se convierte en condición de permanencia.